EL PUCHERAZO DE VILLALPANDO
Se tiene conocimiento, al parecer, de esta antigua receta a partir del hallazgo efectuado en la remodelación de la llamada iglesia del Templo, sita en la Plaza Mayor de la villa.
Como quiera que por aquellas calendas la casa consistorial de la villa funcionaba por encima de esta iglesia, alguien del ayuntamiento, muy avispado, se debió quedar con la receta que la guardó celosamente hasta nuestros días.
No obstante, y a partir de que entró en funcionamiento la residencia de ancianos, la cocina de esta residencia se vio precisada de ampliar y variar más la comida, había que "retroalimentarse" mejor, pensaron. Entonces el ayuntamiento al ver esta clara ocasión, no dudó en sacar del cajón la receta del "Pucherazo", y se la ofreció a la cocina de la residencia, quien tampoco dudó un segundo en ponerla en práctica cada vez que llegaba la ocasión. "El Pucherazo" debe ser un alimento muy fuerte, y hay que dosificarlo. Cuando más se prodiga es coincidiendo con algún comicio, (de comer, claro), bien de ámbito local, regional o hasta nacional. Pero el mayor gusto se le saca cuando el comicio, (de comer, claro)es de ámbito local; ahí los que lo disfrutan, cogen un empacho que les dura por lo menos cuatro años.
Se van teniendo noticias de esta receta por algún residente que se ha negado, a la vista de lo "fuerte" que es a tragarla, pero no se conocen en su totalidad los ingredientes que interviene, ni el papel que desempeñan en la elaboración de la misma. Se cree que puede ser una variante del cocido maragato, otros que si el gazpacho marbellí, (el de Gil y Gil, pero otros que creen tenerlo más claro, se inclinan por decir que es lo más parecido a la Olla Podrida.
Sea como fuere, "El Pucherazo de Villalpando" se está reafirmando como algo que pronto va a disfrutar de una fama que va a romper las barreras provinciales, y se espera que no tardando los restaurantes de la zona lo incluyan en sus cartas gastronómicas como atractivo turístico. Eso sí, no habrá que esperar cuatro años para probarlo, será un plato que se pueda degustar a diario y no solo hará las delicias de "los unos", sino que podrá ser deleite para todos, superada entonces la receta del Ayuntamiento-Residencia, que habrá pasado a ser sólo un triste y mal recuerdo.
Mayo de 2003.
Se tiene conocimiento, al parecer, de esta antigua receta a partir del hallazgo efectuado en la remodelación de la llamada iglesia del Templo, sita en la Plaza Mayor de la villa.
Como quiera que por aquellas calendas la casa consistorial de la villa funcionaba por encima de esta iglesia, alguien del ayuntamiento, muy avispado, se debió quedar con la receta que la guardó celosamente hasta nuestros días.
No obstante, y a partir de que entró en funcionamiento la residencia de ancianos, la cocina de esta residencia se vio precisada de ampliar y variar más la comida, había que "retroalimentarse" mejor, pensaron. Entonces el ayuntamiento al ver esta clara ocasión, no dudó en sacar del cajón la receta del "Pucherazo", y se la ofreció a la cocina de la residencia, quien tampoco dudó un segundo en ponerla en práctica cada vez que llegaba la ocasión. "El Pucherazo" debe ser un alimento muy fuerte, y hay que dosificarlo. Cuando más se prodiga es coincidiendo con algún comicio, (de comer, claro), bien de ámbito local, regional o hasta nacional. Pero el mayor gusto se le saca cuando el comicio, (de comer, claro)es de ámbito local; ahí los que lo disfrutan, cogen un empacho que les dura por lo menos cuatro años.
Se van teniendo noticias de esta receta por algún residente que se ha negado, a la vista de lo "fuerte" que es a tragarla, pero no se conocen en su totalidad los ingredientes que interviene, ni el papel que desempeñan en la elaboración de la misma. Se cree que puede ser una variante del cocido maragato, otros que si el gazpacho marbellí, (el de Gil y Gil, pero otros que creen tenerlo más claro, se inclinan por decir que es lo más parecido a la Olla Podrida.
Sea como fuere, "El Pucherazo de Villalpando" se está reafirmando como algo que pronto va a disfrutar de una fama que va a romper las barreras provinciales, y se espera que no tardando los restaurantes de la zona lo incluyan en sus cartas gastronómicas como atractivo turístico. Eso sí, no habrá que esperar cuatro años para probarlo, será un plato que se pueda degustar a diario y no solo hará las delicias de "los unos", sino que podrá ser deleite para todos, superada entonces la receta del Ayuntamiento-Residencia, que habrá pasado a ser sólo un triste y mal recuerdo.
Mayo de 2003.