Todo está ocurriendo siempre y nada deja de ocurrir jamás. Mañana nos convertimos en protagonistas, mientras otros simplemente observan.
- Hablo de un pueblo que ha sobrevivido prisionero aún de un pasado que no se sabe aún cuando va terminar
.- Hablo de un pueblo donde las transformaciones fantasmagóricas no han concluido y donde los tribunales de la opinión publica siguen trabajando fascinados con evidenciar el pasado a una crónica maniquea de ricos y pobres, fachas y rojos, con modular una memoria tan justa, tan pura, que resulta inhumana.
- Hablo de un pueblo empeñado en convertir su gobierno en el azote y erradicación de la vida pública, revindicando la historia del pueblo como propiedad moral y obsesionada por echar farsas contra inocentes.
Lo que está claro es que disfrutan de una mala salud mental que les permite pasar de un fanatismo a otro con absoluta coherencia.
La paradoja de nuestro pueblo es condenar precipitadamente a quien nació pobre y esto sirva para echar paletadas de sombra sobre su pasado
Si nos elevamos por encima de las vilezas y ambiciones individuales no nos queda más remedio que compadecer a sus protagonistas, consumidos por la envidia y la sospecha, y sin saber reconocer una época con alternativas. Cada uno debe vivir su propio destino. No un destino impuesto por sus antepasados, sino su propio destino, único, irrepetible e individual.
El totalitarismo y sus métodos de opresión y anulación se confunden en un mismo rostro que pisotea a las personas, que sigue mintiendo. Las cimas no alcanzadas, las vidas trituradas, y todo ese cúmulo de traiciones para aliarse con el poder, ocultos tras una máscara, contemplando a los humillados de la misma manera que una mayoría a una minoría
- Hablo de un pueblo que ha sobrevivido prisionero aún de un pasado que no se sabe aún cuando va terminar
.- Hablo de un pueblo donde las transformaciones fantasmagóricas no han concluido y donde los tribunales de la opinión publica siguen trabajando fascinados con evidenciar el pasado a una crónica maniquea de ricos y pobres, fachas y rojos, con modular una memoria tan justa, tan pura, que resulta inhumana.
- Hablo de un pueblo empeñado en convertir su gobierno en el azote y erradicación de la vida pública, revindicando la historia del pueblo como propiedad moral y obsesionada por echar farsas contra inocentes.
Lo que está claro es que disfrutan de una mala salud mental que les permite pasar de un fanatismo a otro con absoluta coherencia.
La paradoja de nuestro pueblo es condenar precipitadamente a quien nació pobre y esto sirva para echar paletadas de sombra sobre su pasado
Si nos elevamos por encima de las vilezas y ambiciones individuales no nos queda más remedio que compadecer a sus protagonistas, consumidos por la envidia y la sospecha, y sin saber reconocer una época con alternativas. Cada uno debe vivir su propio destino. No un destino impuesto por sus antepasados, sino su propio destino, único, irrepetible e individual.
El totalitarismo y sus métodos de opresión y anulación se confunden en un mismo rostro que pisotea a las personas, que sigue mintiendo. Las cimas no alcanzadas, las vidas trituradas, y todo ese cúmulo de traiciones para aliarse con el poder, ocultos tras una máscara, contemplando a los humillados de la misma manera que una mayoría a una minoría
