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SAN MIGUEL DE LA RIBERA: Las órdenes de alejamiento y protección a maltratadas...

Las órdenes de alejamiento y protección a maltratadas descienden un 22% en Zamora
Cada uno de los tres policías asignados a este servicio atiende a una treintena de víctimas, a las que suelen acompañar para salir de sus casas
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SUSANA ARIZAGA
El número de mujeres maltratadas de la capital bajo protección policial ha descendido en casi un 22% en el último año, al contabilizarse hasta primeros de mes un total de 80 víctimas de violencia de género que disponen de una orden de protección o de alejamiento para evitar que sus agresores puedan provocarles algún daño, de acuerdo con las estadísticas a que ha tenido acceso este diario. En el mismo periodo del año pasado, había 102 zamoranas residentes en la capital asignadas a los tres policías nacionales que velan por su seguridad e integridad física, y el ejercicio concluyó con 114 casos de protección.

La edad media de las mujeres que están bajo protección policial en la capital es de 34 años, mientras que sus maltratadores han cumplido ya los 36. Frente a la creencia extendida de que son las ciudadanas extranjeras las que sufren en mayor medida esta lacra social, los datos de que se dispone en la capital indican que frente al 60% de las órdenes de protección y medidas de alejamiento que afectan a zamoranas. El 40% restante son mujeres de nacionalidad diferente a la española.

La disminución de órdenes judiciales de este tipo viene a confirmar que las denuncias presentadas ante Comisaría de Policía Nacional o los propios juzgados también se han reducido, lo que no implica, según los expertos consultados por este diario, que existan menos casos de violencia contra las mujeres. Muchas víctimas no denuncian a su maltratador «por miedo o porque ven que existe una falta de medios que tampoco garantiza del todo su seguridad».

Y es que en Zamora capital cada uno de los tres agentes nacionales (en segunda actividad) que conforma el servicio de protección se ve obligado a llevar una treintena de casos, lo que implica un trabajo difícil de desenvolver por la carencia de medios. Víctima y policía están en permanente contacto a través de un teléfono móvil, que la maltratada puede utilizar en cualquier horario siempre que se vea en peligro o que su expareja se aproxime a ella. El agente da aviso de inmediato a la Comisaría para que un coche patrulla de la Policía Nacional asista a la mujer, si ésta se encuentra en una situación de riesgo, además de acudir él mismo en su ayuda.

La labor de vigilancia y preservación de la seguridad de la víctima de maltrato conlleva el acompañamiento cuando salen de sus casas o a realizar cualquier tipo de gestión, puesto que por lo general a la mujer que ha sufrido violencia de género física o psicológica le persigue el miedo a que su maltratador aparezca en cualquier punto de la ciudad para amenazarla e, incluso, tratar de agredirla, como ocurre con frecuencia.

Sin embargo, la función de estos integrantes del Cuerpo Nacional de Policía va más allá y cuando resulta preciso también van con las mujeres que tienen bajo su custodia a realizar compras. Hay ocasiones en las que las siguen a distancia otras, de forma discreta. También acuden con ellas a los juzgados para prestar declaración o para acudir a los juicios, de acuerdo con lo estipulado.

No es infrecuente que el agente, una de los primeros recursos de la Administración que llega a la víctima de violencia machista, asesore sobre los servicios y las prestaciones a las que tiene derecho quien ha denunciado a su expareja y logrado una orden de protección o de alejamiento o ambas del juez.

El asesoramiento va desde los pasos a dar para obtener la asistencia jurídica gratuita, hasta cómo tramitar la concesión del Salario Mínimo Interprofesional o la ayuda específica que existe para las mujeres que carecen de ingresos para poder subsistir económicamente tras separarse de su maltratador.