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SAN MIGUEL DE LA RIBERA: ZAMORA...

ZAMORA

Una historia en cada calle
Viriato, el descubrimiento, personajes ilustres y los judíos marcan la nomenclatura del callejero zamorano
SANDRA DIÉGUEZ/ZAMORA

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De tradición oral

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¿Sabemos a qué o a quién se debe el nombre de la calle en la que vivimos? Estamos acostumbrados a nombrar plazas, avenidas o barrios sin preocuparnos del motivo de su nomenclatura. Los nombres de las calles de Zamora, al igual que el de la ciudad, guardan muchos años de historia.

Así, muchas de las calles deben su denominación a ilustres zamoranos que vivieron en la ciudad o descienden de ella. Entre los nombres históricos, el más conocido es el del guerrero lusitano Viriato. Aunque hay diversas teorías, una de ellas apunta su origen zamorano. La plaza y la calle con su nombre recuerdan que la historia de Viriato y de Zamora caminaron de la mano a lo largo de muchos años.

El Obispo Acuña, Arias Gonzalo, Doña Urraca, Doña Elvira, el conquistador Diego de Losada, natural de Rionegro del Puente, o el escultor Eduardo Barrón son otros de los zamoranos a los que buena parte de las calles de la cuidad les deben su nombre.

Otras rúas toman su nombre de monarcas relacionados con la ciudad, como el rey Alfonso III El Magno, Alfonso IX, Alfonso XII o Alfonso XIII.

Observando las callejuelas de los Barrios Bajos se detecta la influencia que dejaron en ellos algunos de los antiguos oficios, como los herreros, carniceros o carpinteros.

La medicina es otra de las profesiones que más ha influido en los nombres de las calles zamoranas. Buena muestra de ellos son las calles Doctor Carracido, Doctor Fléming, Doctor Grado, Doctor Olivares y Doctor Villalobos.

Poetas

La ciudad también rinde homenaje a sus poetas y escritores o a los literatos vinculados a ella. Destacan León Felipe, el poeta de Tábara, y Claudio Rodríguez. La calle de Leopoldo Alas Clarín está dedicada al célebre autor de La Regenta, que era hijo de un gobernador civil y que nació en Zamora en 1852.

La calle Ramos Carrión le debe su nombre al dramaturgo, periodista y humorista español Miguel Ramos Carrión, quien también vino al mundo en la capital, en 1848.

El periodista y político zamorano Santiago Alba Bonifaz, nacido el 24 de diciembre de 1872, también dejó su influencia en la ciudad.

Aunque, sin duda, la mayor influencia en el callejero zamorano corresponde a los santos y santas, algunos de ellos muy unidos a la historia de Zamora. Entre los santos destacan los nombres de San Andrés, San Atilano, San Isidoro, San Cipriano, San Pablo, San Torcuato, San Miguel o San Martín. Entre los nombres de santas están los de Santa Clara, la Plaza de Santa Lucía, Santa Eulalia, Santa Olaya o Santa Teresa, que figuran en las placas de varias de las calles más conocidas.

Algunas de las calles de barrios zamoranos siguen una temática unitaria. Un claro ejemplo de ello es el Barrio de San Lázaro. Todas las calles de una de sus zonas tienen nombres de ríos y arroyos de que transcurren por la provincia, como Adalia, Aliste, Amor, Bibey, Cea, Conejos, Esla, Eria, Guareña, Manzanas, Órbigo, Salado, Sequillo, Tera, Tormes, Valderaduey y Vega.

Árboles

En el barrio de Arenales se pueden encontrar calles con nombres de distintas especies arbóreas, como cerezo, limón, manzano, naranjo, abeto o castaño. Cerca de él, en el Barrio de la Villarina, las flores son las protagonistas. Aquíse pueden encontrar calles bajo los nombres de amapolas, violetas, nardos o tulipanes.

Gran parte de las calles de los Bloques están relacionadas con el Descubrimiento de América. Un ejemplo de ello son las calles del descubridor, Colón; del conquistador Hernán Cortés, los Hermanos Pinzón; Núñez de Balboa, descubridor del Océano Pacífico, Rodrigo de Triana, o Juan Sebastián Elcano. Complementan la referencia de la época los nombres de países hispanoameriacanos, como Argentina, Cuba o Perú que figuran en otro grupo de calles de este barrio.

En la Barriada de Asturias distintas ciudades españolas adquieren un importante papel. Entre ellas están Guadalajara, Gerona, Albacete, Granada o Almería.

Los nombres de animales aparecen también en diversos puntos de la ciudad, en calles y en lo que fueron caminos, como el de la Lobata, la calle Pulga, Pavos y Palomar.

Barrios

Los nombres de los barrios conllevan, en general, una clara referencia a sus orígenes. Así, según el historiador Miguel Ángel Mateos, «aunque no se sabe con certeza, uno de los barrios más antiguos podría ser el de Olivares. Su nombre se debe al abundante cultivo de olivos que había en la zona debido al microclima que producía en la zona el río Duero».

Después de Olivares se situaría San Frontis. Su nomenclatura se debe al abad francés de igual nombre. Y la Abadía del Espíritu Santo inspiró el nombre de este barrio, al igual que la Iglesia del Santo Sepulcro el de este otro. Las numerosas cabañas hechas con los juncos que crecían a orillas del Duero dieron nombre al barrio de Cabañales.

Mateos señala que el término más apropiado para designar a estos barrios sería el de arrabal, ya que se trata de asentamientos fuera del recinto de la población a la que pertenecen.

Son pobladuras medievales rurales que han mantenido su nomenclatura originaria hasta nuestros días y, actualmente, son una de las zonas más discriminadas de la ciudad».

Un área claramente identificativa de la ciudad es es casco histórico. Se considera casco antiguo originario toda la zona comprendida entre la Catedral y la calle Santa Clara.

En Zamora está también muy patente la influencia de los judíos, sobre todo en dos emplazamientos de la ciudad bien diferenciados. El primero de ellos corresponde a la zona de Las Vegas en donde pudo estar ubicada una sinagoga. Otra zona de clara influencia judía es formada por la Cuesta de los Pepinos y las Peñas de Santa Marta.

Entre los barrios más modernos destacan el de Las Viñas, ya que en esa zona predominaba el cultivo de la vid; el de los Bloques, que recibe su nombre por el tipo de construcción predominante; el de La Candelaria y el de San José Obrero.

«La procedencia de la nomenclatura de los barrios es muy diversa. Algunos de ellos, como el de La Lana, responde a antiguos oficios como el de los laneros palentinos que repoblaron la ciudad. Otros mucho más recientes, como el de Pantoja, debe su nombre a la decisión de los obreros de Renfe que vivieron en él alrededor de 1864», explicó Mateos.

La Alberca recibe su nombre de la antigua buchina de agua ubicada en la zona. Allí las mujeres lavaban la ropa y las lavanderas desempeñaban su oficio. Barrios como los de La Villarina y Arenales conservan el nomenclator antiguo con el que se les designó originariamente.


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