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SAN MIGUEL DE LA RIBERA: L. Á. VEGA, AGENCIAS/ EFE Los controladores españoles...

L. Á. VEGA, AGENCIAS/ EFE Los controladores españoles sienten que se han rendido a punta de pistola. El pulso con el Gobierno les ha dejado exhaustos y con el orgullo herido. Entre lágrimas, una controladora de Palma, Blanca Uriarte, aseguraba que habían ido a trabajar «a punta de pistola», y que la ansiedad que sufren les impide trabajar. «Nos hemos rendido», afirmaba gráficamente un controlador de Barajas. Otro controlador que prefirió mantenerse en el anonimato resumió gráficamente el estado de ánimo del sector: «Que te digan que ahora dependes de una autoridad militar, que pueden acusarte de sedición, condenarte a diez años de cárcel y embargarte tus propiedades, que pueden formarte un consejo de guerra, la verdad, mete un poco de miedo».

Verse bajo la autoridad militar les parece «surrealista», según indicó este mismo controlador. «Demuestra el talante democrático de este Gobierno», aseguró. Además, «es un precedente peligroso, porque ahora puede aplicarse esta medida a cualquier colectivo que reivindique sus derechos. Y es una prueba de por dónde nos quiere llevar este Gobierno. Cuando las barbas de tu vecino veas pelar...», advirtió.

Aunque no lo parezca, son perfectamente conscientes del trastorno que han causado a cientos de miles de viajeros, pero se defienden asegurando que se han visto obligados por la agresión continua del Gobierno desde el pasado mes de febrero. «La gente está enfadada con nosotros, con razón, pero la situación es insostenible. Es el cuarto decreto que firma el gobierno contra nosotros. Si ahora tenemos que trabajar un máximo de 50 horas semanales, con el decreto pasamos a 60 o 70», añadió el mismo controlador.

No creen que pasar a depender de una autoridad militar vaya a empeorar sus condiciones de trabajo.

Los controladores tuvieron que firmar ayer la carta que les remitió el Gobierno informándoles de los cambios derivados del estado de emergencia. «Da lo mismo que se firme o no, porque la situación es la que es», añadió el anterior controlador.

Ayer, los controladores explicaban que el decreto que incrementaba sus horas de trabajo era una medida de provocación para generar un conflicto que oscureciese otras cuestiones más graves, como la eliminación de los 400 euros para los parados de larga duración o la privatización de Barajas y Barcelona. «La militarización ya se la planteó el Gobierno el pasado mes de febrero. Como no reaccionamos cuando nos bajaron los sueldos, tuvieron que esperar», añadió uno de los trabajadores.

No dudan en asegurar que se les está criminal izando. «El Gobierno tiene muchos altavoces para difundir mentiras sobre nosotros y por más que digamos, la gente ya tiene una idea formada sobre nuestro colectivo. Llevo 25 años de controlador y jamás he cobrado 300.000 euros al año, ni siquiera un tercio de esa cantidad», aseguró el mismo técnico, en referencia al sueldo que, según el presidente de AENA, querían cobrar los controladores en la última negociación.