Antonio, me gustaría que la pólvora de los cohetes oliera a fresa y chocolate, que el que pide a la
puerta del MERCADONA y me cuida al perro mientras compro, se decidiera a ir a dormir al
albergue que le han ofrecido, que el padre de los mellicillos marroquíes le pasara a su mujer FÁTIMA algo de dinero a final de mes, que ningún banco se quede con las viviendas de los parados que no pueden pagar la hipoteca (conozco varios casos), que en todas las residencias y guarderías, el personal fuera profesional
... (ver texto completo)