Una vez tuvo Quiruelas, según me contaba mi abuela, una visita de mucho respeto. Acontecimiento en que salió todo el pueblo a recibirlo. Por encima del resto, se alzó una voz clara y muy fuerte: ¡Viva AQUEL con su minfraaa...! Y era la tía Petra, conocida como la fraila, la que clamaba. Y que no se me ofendan tataranietos, pues serían los años de la dictablanda de Primo de Rivera o la República tal vez.