1er. Premio Desfile Carrozas, 09, QUIRUELAS DE VIDRIALES

LAS LAGARADAS

Consistía en exprimir por sorpresa un racimo de uvas en la cara, pelo, etc, de otra persona. Se escogían las uvas tintas para pintar y a veces podía ser una broma muy pesada. En mi infancia apenas se hacía ya, sólo se amagaba con dárselas a los forasteros novatos, como un rito de iniciación, en decadencia. Pero antes... Dijo el poeta: "... Y la carne que tienta con sus frescos racimos... Juventud, divino tesoro, ya te vas para no volver". (Advertencia: lo que viene a continuación...