El otro día conocí a un tipo. No sé, era un tipo normal, reflexivo, juicioso, decía cosas que tenían sentido, era lógico, consecuente, no decía tacos ni se expresaba a base de tópicos o frases hechas. Sus opiniones no eran nada sesgadas ni intencionadas ni interesadas. Sorprendentemente, aceptaba los puntos de vista de los demás con deportividad, aunque fueran contrarios a los suyos. Hablaba en voz baja, dejaba hablar a los demás sin intervenir demasiado... le gustaba escuchar. Cuando llegué a casa, ... (ver texto completo)