NTRA. SRA. DE LA CONSOLACIóN
Fiesta: 4 de septiembre
La Orden de San Agustín celebra en su liturgia propia la festividad de la Virgen bajo su advocación de Ntra. Sra. De la Consolación en día 4 de septiembre.
La invocación es antigua. Recordamos la leyenda para centrar luego el interés en los pocos datos que poseemos con carácter histórico: Santa Mónica derramaba muchas lágrimas ante Dios en favor de su hijo Agustín, desviado de la fe que ella le transmitiera en su infancia; la Virgen le habría consolado en su oración ferviente anunciando veladamente la vuelta de su hijo a la Iglesia Católica; y la exhortó a vestirse de negro y ceñirse con una correa del mismo color. Hasta aquí la leyenda. Según los datos históricos, en su origen, ningún lazo especial relaciona a esta advocación con la Orden Agustiniana.
La Edad Media, dentro de su rusticidad cultural y relajación de las costumbres, tuvo aciertos enconmiables en otros múltiples aspectos de la vida de fe; entre otros, descubrir el papel de la Virgen en el plano religioso, y en consecuencia fundamentar dogmáticamente y difundir su devoción con entusiasmo.
Consta que a mediados del siglo XV los agustinos veneraban en el norte de Italia una imagen de María, invocada bajo este precioso nombre. Una vez dentro del corn 1575 la cofradía fundada en Bolonia se unió a la de Cinturados de San Agustín. La archicofradía adoptó el título de "Cinturados de San Agustín y de Santa Mónica" bajo la invocación de Ntra. Sra. De la Consolación. A partir de entonces la devoción y el culto se propagaron constantemente, favorecidos por los Papas y por el celo de los agustinos.
Fiesta: 4 de septiembre
La Orden de San Agustín celebra en su liturgia propia la festividad de la Virgen bajo su advocación de Ntra. Sra. De la Consolación en día 4 de septiembre.
La invocación es antigua. Recordamos la leyenda para centrar luego el interés en los pocos datos que poseemos con carácter histórico: Santa Mónica derramaba muchas lágrimas ante Dios en favor de su hijo Agustín, desviado de la fe que ella le transmitiera en su infancia; la Virgen le habría consolado en su oración ferviente anunciando veladamente la vuelta de su hijo a la Iglesia Católica; y la exhortó a vestirse de negro y ceñirse con una correa del mismo color. Hasta aquí la leyenda. Según los datos históricos, en su origen, ningún lazo especial relaciona a esta advocación con la Orden Agustiniana.
La Edad Media, dentro de su rusticidad cultural y relajación de las costumbres, tuvo aciertos enconmiables en otros múltiples aspectos de la vida de fe; entre otros, descubrir el papel de la Virgen en el plano religioso, y en consecuencia fundamentar dogmáticamente y difundir su devoción con entusiasmo.
Consta que a mediados del siglo XV los agustinos veneraban en el norte de Italia una imagen de María, invocada bajo este precioso nombre. Una vez dentro del corn 1575 la cofradía fundada en Bolonia se unió a la de Cinturados de San Agustín. La archicofradía adoptó el título de "Cinturados de San Agustín y de Santa Mónica" bajo la invocación de Ntra. Sra. De la Consolación. A partir de entonces la devoción y el culto se propagaron constantemente, favorecidos por los Papas y por el celo de los agustinos.
