Un rito para abrir boca
La Asociación Teso del Molino, de Peleas de Abajo, celebra una fiesta tradicional sobre la matanza
10.12.2013 | 00:43
El animal, abierto en canal durante la fiesta.
El animal, abierto en canal durante la fiesta. Foto S. Ramos
Fotos de la noticia
S. RAMOS Del cerdo hasta los andares. Y en esas se han empleado a fondo muchos de los vecinos de Peleas de Abajo socios de la Asociación Cultural Teso del Molino, que por segundo año consecutivo han celebrado la segunda fiesta pantagruélica en torno al cerdo.
Dice el refrán que tres días hay en el año que se llena bien la panza: Nochebuena, Nochevieja y el día de la matanza. Al animal la amanecida le sorprendía con la descarga eléctrica para atontarlo antes de que el matarife, ayudado por vecinos de Peleas de Abajo lo colocarse en el banco para entrar a rematar con un acertado golpe en el gaznate. El café de puchero acompañado de pastas y el chupito de aguardiente hacían más llevadero el trabajo.
A partir de este momento las labores de este rito que ha permanecido a lo largo de generaciones, como es la matanza del cerdo se multiplican. Primero, quemar la pelambrera con teas de paja procedentes del cereal para dar paso al lavado que normalmente se hace frotando con tejas y agua caliente, antes de colgar al cerdo para abrirlo en canal, destazarlo y separar las vísceras que más tarde, siguiendo el rito del salado y de la cura de la carne servirían de sustento anual.
Las mujeres, son las que se encargan habitualmente del lavado de las tripas que una vez rellenadas pasan a engrosar la despensa como sabrosos chorizos siempre a mano para cualquier aperitivo o bocadillo.
La sangre para la morcilla, los jamones al salazón, las costillas para asar, o la asadurilla y chanfaina para comer en comunidad como hacían durante este largo fin de semana cerca de 80 personas en esta pequeña localidad de Tierra del Vino a la par que trataban de fomentar la convivencia y dinamizar el ambiente rural.
Sin duda las bajisimas temperaturas que marcan los termómetros en Zamora facilitará la cura de la carne del marrano sacrificado en Peleas al igual que otros muchos puntos rurales de la provincia donde las familias han aprovechando las fiestas y la reunión familiar para realizar la tradicional matanza del cerdo.
La Asociación Teso del Molino, de Peleas de Abajo, celebra una fiesta tradicional sobre la matanza
10.12.2013 | 00:43
El animal, abierto en canal durante la fiesta.
El animal, abierto en canal durante la fiesta. Foto S. Ramos
Fotos de la noticia
S. RAMOS Del cerdo hasta los andares. Y en esas se han empleado a fondo muchos de los vecinos de Peleas de Abajo socios de la Asociación Cultural Teso del Molino, que por segundo año consecutivo han celebrado la segunda fiesta pantagruélica en torno al cerdo.
Dice el refrán que tres días hay en el año que se llena bien la panza: Nochebuena, Nochevieja y el día de la matanza. Al animal la amanecida le sorprendía con la descarga eléctrica para atontarlo antes de que el matarife, ayudado por vecinos de Peleas de Abajo lo colocarse en el banco para entrar a rematar con un acertado golpe en el gaznate. El café de puchero acompañado de pastas y el chupito de aguardiente hacían más llevadero el trabajo.
A partir de este momento las labores de este rito que ha permanecido a lo largo de generaciones, como es la matanza del cerdo se multiplican. Primero, quemar la pelambrera con teas de paja procedentes del cereal para dar paso al lavado que normalmente se hace frotando con tejas y agua caliente, antes de colgar al cerdo para abrirlo en canal, destazarlo y separar las vísceras que más tarde, siguiendo el rito del salado y de la cura de la carne servirían de sustento anual.
Las mujeres, son las que se encargan habitualmente del lavado de las tripas que una vez rellenadas pasan a engrosar la despensa como sabrosos chorizos siempre a mano para cualquier aperitivo o bocadillo.
La sangre para la morcilla, los jamones al salazón, las costillas para asar, o la asadurilla y chanfaina para comer en comunidad como hacían durante este largo fin de semana cerca de 80 personas en esta pequeña localidad de Tierra del Vino a la par que trataban de fomentar la convivencia y dinamizar el ambiente rural.
Sin duda las bajisimas temperaturas que marcan los termómetros en Zamora facilitará la cura de la carne del marrano sacrificado en Peleas al igual que otros muchos puntos rurales de la provincia donde las familias han aprovechando las fiestas y la reunión familiar para realizar la tradicional matanza del cerdo.
