¿Qué le parece el caso Eluana Englaro, la joven italiana desconectada de la máquina que le mantenía con vida, aunque en estado vegetativo?
- Todo el mundo está de acuerdo en que hay que evitar el encarnizamiento terapéutico, pero sigue dado miedo la eutanasia.
- Hay puntos intermedios. Estamos acercándonos a casos muy claros. Lo que a mi me asusta es que universalicen el derecho a la eutanasia, porque entonces va a haber muchos problemas. Y puede que a un enfermo, en un hospital, cuando molesta le desenchufan, por ejemplo. Hay que ver si la legislación protege a los enfermos o no les protege. Sobre este asunto tengo claras algunas cosas, pero otras no.
- "Hacia la salud por la eucaristía", es el título de su conferencia. ¿Lo espiritual también cura?
- La religión ayuda, seguro. Frente a una enfermedad grave hay un momento crucial, en el que psicológicamente y espiritualmente uno tiene que hacerse una pregunta: enfrentarse, luchar o abandonar. Y yo conozco a ancianos que van obligados a la residencia, donde yo estoy ahora,, y entonces no quieren luchar, ni colaborar, ni relacionarse con los demás, casi ni comer, ni tener normas higiénicas... Al final, los primeros que se mueren son ellos. Es un apoyo, sobre todo en enfermedades graves, porque los creyentes tenemos un enfoque diferente a los que no creen.
- Sin embargo, cada vez confiamos más en las nuevas tecnologías.
- Todo el mundo está de acuerdo en que hay que evitar el encarnizamiento terapéutico, pero sigue dado miedo la eutanasia.
- Hay puntos intermedios. Estamos acercándonos a casos muy claros. Lo que a mi me asusta es que universalicen el derecho a la eutanasia, porque entonces va a haber muchos problemas. Y puede que a un enfermo, en un hospital, cuando molesta le desenchufan, por ejemplo. Hay que ver si la legislación protege a los enfermos o no les protege. Sobre este asunto tengo claras algunas cosas, pero otras no.
- "Hacia la salud por la eucaristía", es el título de su conferencia. ¿Lo espiritual también cura?
- La religión ayuda, seguro. Frente a una enfermedad grave hay un momento crucial, en el que psicológicamente y espiritualmente uno tiene que hacerse una pregunta: enfrentarse, luchar o abandonar. Y yo conozco a ancianos que van obligados a la residencia, donde yo estoy ahora,, y entonces no quieren luchar, ni colaborar, ni relacionarse con los demás, casi ni comer, ni tener normas higiénicas... Al final, los primeros que se mueren son ellos. Es un apoyo, sobre todo en enfermedades graves, porque los creyentes tenemos un enfoque diferente a los que no creen.
- Sin embargo, cada vez confiamos más en las nuevas tecnologías.