Ayer día 22 de mayo murió el señor David, como yo le llamaba. He estado leyendo los comenarios anteriores y la verdad no conozco este tema sobre los rumanos, pero estoy seguro que lo que hiciera fue hecho de buena fe. Lo que sí conozco con seguridad es que fue una persona que trabajó por su pueblo como lo debe hacer un buen alcalde. Cercano con sus vecinos e interesado por sus problemas. Su temperamento era especial, con genio y figura, pero detrás de esa pantalla había un gran corazón. Pocos alcaldes he conocido con tanta humildad, al señor David lo podías ver tan pronto en el Ayuntamiento como plantando unos rosales en la plaza. El destino ha querido que el final de sus días concluyeran con el final de su mandato. Descanse en paz.