Pués sí, Elena. Eran unos vecinos maravillosos... Pepe, Josefa, Mauricio, Tomás... Qué vacío han dejado en nuestra calle! Vas ahora por allí y únicamente ves a Simón... El pobre se ha quedado tan sólo... Sólo los niños con sus bicis, y sus griteríos son capaces de dar vida y alegría al pueblo. Yo, por eso, estoy deseando que llegue el buen tiempo... Ah!, y la foto de Fraguas me parece preciosa. Un beso!
Os contaré una anécdota que me sucedió este verano. Un día me encontré con Simón, como otros días de otros veranos. Era un día cualquiera a una hora en la que las chicharras se asan a fuego lento. Lo recuerdo bien pues en las calles de Riego no había un alma. Cogí el coche para ir a... cualquier sitio, como tantas y tantas veces y al final de la calle apareció Simón. Fue como un fogonazo... casi me lo llevo por delante. Una vez superado el susto inicial el hombre me hizo señas y en su lenguaje y ... (ver texto completo)