Pues si Patxi se formaba bastante cola, incluso había piques con quien había llegado primero, yo creo que algunos hasta pasaban la noche alli para ser los primeros en la fila y luego empezaban a pedir pan para medio pueblo.
Hola Fausto. Es que yo soy anti-colas. No se me ocurre motivo alguno por el que merezca la pena aguantar una cola. Ni una buena película, ni una sardinada gratuita en Santurce, ni una... bueno, quizá sí, una entrada para la final de copa entre el Athletic y otro. Sería lo único. Prefiero quedarme sin pan que esperar a la cola. No obstante, en casa, como ya me conocen, trabajamos en equipo, mi cuñada va a la cola a chapotear y yo la animo y le hago los coros, je je. Aupa, ánimo, eh!, eh!