Casas Nuevas, MUELAS DE LOS CABALLEROS

En esta curva de entrada al pueblo, ya no están los "puenticos" y es una pena. Sölo queda la mitad de él. También se cargaron el puente nuevo del río.
Bien, pues ese bello paisaje, simbolizado en el roble y en el lobo, es el paisaje de nuestra vida. En él tenemos las risas y los llantos, las esperanzas y los miedos. En él está el amor y las pasiones, el trabajo, los sueños, los difuntos. En él sufrimos la guerra, el hambre, la emigración... Pero no vendimos la casa. ¿Por qué? Porque en el fondo esperábamos la vuelta, porque el paisaje de la niñez es el paisaje del corazón, porque el roble y el lobo, como raíces permanentes de nuestra zarandeada...