MORALES DEL VINO: S. Ramos...

S. Ramos

El intenso calor, unido a la crisis económica y la buena factura que presentan las cuatro piscinas públicas enclavadas en Tierra del Vino han hecho de esta temporada una de las mejores de los últimos años. Sobre todo teniendo en cuenta que en veranos anteriores, como el pasado, sin ir más lejos, «hubo casi más días malos que buenos, mientras éste prácticamente no ha habido ninguno malo», comentaba Celia García, la socorrista de la piscina de Villaralbo, quien ha sufrido los rigores del calor durante los meses de junio, julio y agosto al abrigo de la sombrilla. Ella, junto a otro compañero, también han sido los encargados de los cursos de natación que en horario de mañana se han impartido a los dos grupos de iniciación y perfeccionamiento con bastante afluencia de alumnado. Es en esta piscina de Villaralbo donde buena parte de la clientela sigue fiel a la oferta veraniega desde hace casi 25 años, cuando se abrieron las instalaciones.

Por la tarde es cuando mayor afluencia de bañistas se acercan a la piscina, en muchos casos con los bonos de familia o individuales que acreditan la condición de usuario habitual de las instalaciones. Los precios van de los 65 a los 30 euros. El césped, la abundancia de arbolado entre los que sobresalen los sauces, chopos o plátanos, así como las instalaciones deportivas que ofertan los recintos de Villaralbo, Moraleja del Vino o Corrales, suponen un añadido más a la posibilidad de ocio, que si por algo se distingue este año es por ver mermadas las consumiciones, bebida y comida en los bares y restaurantes que regentan los propios responsables de las instalaciones veraniegas. «El producto estrella de esta temporada ha sido la botella de litro y medio de agua, por el calor que ha hecho, y el bocadillo». Así lo ponía de relieve Ángel Vicente, hostelero de la piscina de Morales del Vino, quien considera la temporada de «récord absoluto» en afluencia de bañistas. Sin embargo, «hemos notado que en vez del menú del día la gente se trae el bocadillo de casa, y en general no hay tanta alegría a la hora de consumir en el bar». En la misma dirección se pronuncian los hosteleros responsables de las piscinas públicas de Corrales o de Moraleja del Vino.

A falta de conocer con exactitud el día de clausura de la temporada de verano de este año, parece que está claro que una vez que empiece el curso escolar para infantil y primaria, el próximo día 9 de septiembre será la fecha tope para mantener abiertas las piscinas, aunque la mayoría no espera echar el cierre tan tarde. «Todo depende del tiempo que tengamos. Se puede prolongar hasta el domingo, día 12 de septiembre, o bien si hace malo, cerrar el día 5. Lo que si está claro que mantener la piscina abierta con días malos supone pérdidas importantes».