Un hombre, con cara de amargado, entra en una zapatería y le dice al dependiente:
--Quiero unos zapatos.
--De que número caballero?
--del 39...
---Pero si usted tiene el pie muy grande, ¡por lo menos necesita un 42!
--Deme unos del 39, haga el favor.
El dependiente algo mosqueado, le prepara el par de zapatos de la talla 39 y cuando el cliente está a punto de irse le pregunta:
--Perdone caballero, una curiosidad, los zapatos no son para usted ¿Noo?
--Si los zapatos son para mí.
--No es posible, pero si no le van a entrar ni de broma...
--Mire le explico: mi mujer me ha dejado por otro hombre, mi hijo está metido en la droga, mi hija es prostituta, me han echado del trabajo y no tengo ni un duro... La única satisfacción que me queda ahora es llegar a mi casa y quitarme los zapatos.
--Quiero unos zapatos.
--De que número caballero?
--del 39...
---Pero si usted tiene el pie muy grande, ¡por lo menos necesita un 42!
--Deme unos del 39, haga el favor.
El dependiente algo mosqueado, le prepara el par de zapatos de la talla 39 y cuando el cliente está a punto de irse le pregunta:
--Perdone caballero, una curiosidad, los zapatos no son para usted ¿Noo?
--Si los zapatos son para mí.
--No es posible, pero si no le van a entrar ni de broma...
--Mire le explico: mi mujer me ha dejado por otro hombre, mi hijo está metido en la droga, mi hija es prostituta, me han echado del trabajo y no tengo ni un duro... La única satisfacción que me queda ahora es llegar a mi casa y quitarme los zapatos.