El Cubo del Vino era tradicionalmente un punto comercial estratégico de encuentro. Llegaban, por un lado, de la Sierra de Salamanca y Extremadura con aceite y, por otra parte, del norte, con harina y grano.
Según cuentan, hubo un tiempo en que forajidos y bandoleros se apostaban en El Cubeto y asaltaban a los comerciantes.
Según cuentan, hubo un tiempo en que forajidos y bandoleros se apostaban en El Cubeto y asaltaban a los comerciantes.