S. RAMOS, CORRALES El Ayuntamiento de Corrales ha adjudicado a la empresa Andrés Esteban e Hijos, vinculada con la localidad, la segunda fase de las obras de rehabilitación de la Plaza Mayor por un importe de poco más de cien mil euros (concretamente 100.761), incluido el IVA. La primera fase había sido adjudicada a Arcebansa por poco más de 82.000 euros. Según indica la arquitecta Pilar Camba Alonso en la memoria del proyecto, los principales condicionantes del mismo son el perfil irregular del pavimento actual y la existencia de una fuente existente en precarias condiciones, que no utiliza circuito cerrado para reutilización del agua y con deficientes condiciones de estanqueidad, con el gasto superfluo de agua que todo esto conlleva. También se ha considerado, para definir el uso del suelo de la plaza, la precariedad de las vías del núcleo, por lo que no se ve la posibilidad de restringir al tráfico el espacio.
La plaza se encuentra dentro del casco histórico, en una zona central, por lo que en la actualidad es muy utilizada por el tráfico rodado que cruza el núcleo, comunicando la zona occidental del mismo con un eje de comunicación de primer nivel como es la autovía A-66 «Ruta de la Plata». La forma de la plaza es irregular, desembocando varias vías con distintas direcciones y dimensiones, que dan lugar a espacios adyacentes sin una definición formal ni de uso. Su pavimento actual está constituido por firme de hormigón ya deteriorado, sin disponer de espacios para estancia del viandante, por lo que se ve imposibilitada su función como espacio público de encuentro. El espacio central está ocupado por una fuente circular de grandes dimensiones, que dificulta su uso, además de suponer un gran desperdicio de agua.
La actuación urbanística afecta a una zona del casco histórico de Corrales, por lo que se ha buscado utilizar materiales, que no suponiendo un excesivo encarecimiento del presupuesto, respete la imagen tradicional del entorno. Con esta intervención se pretende compatibilizar dentro del espacio de la plaza las funciones de encuentro de los ciudadanos, estancia, recreo común en fechas puntuales, y comunicación entre las distintas zonas del núcleo urbano mediante el tráfico rodado. Para ello se ha definido las zonas de circulación, procurando respetar un amplio espacio peatonal sin obstáculos para permitir la reunión ocasional de grandes cantidades de viandantes, permitiendo incluso mediante el corte de las calles su uso exclusivamente peatonal en dichas circunstancias, y proporcionando la sombra necesaria para su habitabilidad mediante una pérgola. Se ha reservado, además una pequeña zona blanda, sin pavimento, para colocación de plantas de diversos tamaños, con el fin de dar un aspecto más acogedor, y la fuente a retirar se sustituye por una nueva dotada de circuito cerrado de reutilización de agua y sistema de depuración.
Formalmente, el objetivo es dar la mayor continuidad posible a la totalidad del espacio, por lo que en algunas zonas, los espacios peatonales se protegen de los viales mediante elementos puntuales tipo «bolardo», aprovechando para la misma función en otras zonas las diferencias de niveles existentes. La pérgola se materializa como un elemento ligero, lineal, que da continuidad a uno de los más importantes ejes que acometen al espacio, y uniendo los dos únicos elementos singulares de la plaza, constituidos por zona ajardinada y una fuente. Esta última pretende con su configuración, rendir un pequeño «homenaje» a la Vía de la Plata de la época romana, que atraviesa el municipio por zonas no pobladas, de manera que devuelve el contacto del lugareño con la memoria histórica del lugar. Para ello estará constituida por dos elementos reproduciendo en superficie el aspecto de una calzada romana.
La plaza se encuentra dentro del casco histórico, en una zona central, por lo que en la actualidad es muy utilizada por el tráfico rodado que cruza el núcleo, comunicando la zona occidental del mismo con un eje de comunicación de primer nivel como es la autovía A-66 «Ruta de la Plata». La forma de la plaza es irregular, desembocando varias vías con distintas direcciones y dimensiones, que dan lugar a espacios adyacentes sin una definición formal ni de uso. Su pavimento actual está constituido por firme de hormigón ya deteriorado, sin disponer de espacios para estancia del viandante, por lo que se ve imposibilitada su función como espacio público de encuentro. El espacio central está ocupado por una fuente circular de grandes dimensiones, que dificulta su uso, además de suponer un gran desperdicio de agua.
La actuación urbanística afecta a una zona del casco histórico de Corrales, por lo que se ha buscado utilizar materiales, que no suponiendo un excesivo encarecimiento del presupuesto, respete la imagen tradicional del entorno. Con esta intervención se pretende compatibilizar dentro del espacio de la plaza las funciones de encuentro de los ciudadanos, estancia, recreo común en fechas puntuales, y comunicación entre las distintas zonas del núcleo urbano mediante el tráfico rodado. Para ello se ha definido las zonas de circulación, procurando respetar un amplio espacio peatonal sin obstáculos para permitir la reunión ocasional de grandes cantidades de viandantes, permitiendo incluso mediante el corte de las calles su uso exclusivamente peatonal en dichas circunstancias, y proporcionando la sombra necesaria para su habitabilidad mediante una pérgola. Se ha reservado, además una pequeña zona blanda, sin pavimento, para colocación de plantas de diversos tamaños, con el fin de dar un aspecto más acogedor, y la fuente a retirar se sustituye por una nueva dotada de circuito cerrado de reutilización de agua y sistema de depuración.
Formalmente, el objetivo es dar la mayor continuidad posible a la totalidad del espacio, por lo que en algunas zonas, los espacios peatonales se protegen de los viales mediante elementos puntuales tipo «bolardo», aprovechando para la misma función en otras zonas las diferencias de niveles existentes. La pérgola se materializa como un elemento ligero, lineal, que da continuidad a uno de los más importantes ejes que acometen al espacio, y uniendo los dos únicos elementos singulares de la plaza, constituidos por zona ajardinada y una fuente. Esta última pretende con su configuración, rendir un pequeño «homenaje» a la Vía de la Plata de la época romana, que atraviesa el municipio por zonas no pobladas, de manera que devuelve el contacto del lugareño con la memoria histórica del lugar. Para ello estará constituida por dos elementos reproduciendo en superficie el aspecto de una calzada romana.
