A los/las derecha de esta
casa se encontraba la de mis abuelos Narcisa y Santiago. Allí pasé
veranos de mi infancia y recuerdo con todo cariño el olor de la
tienda de la casa de La Pancha: era olor a zapatillas de suela de goma,a aceite y a "ultramarinos" y veo a La Pancha,seca amable y de nariz aguileña, sirviendo al de lo que pidiéramos. Es el
pueblo de mis padres; mi pueblo.