Aguilar!, qué pueblo!
Hace años, o como se diría allí, antaño, en mi niñez, que años tan maravillosos!.
Si yo muriera, y como el cuento de Jorge Bucay el buscador, http://embrujando. iespana. es/buscador. htm, tuviese una pizarra donde apuntar los años de vida, en ella sumaria sin duda íntegros los trece años que pase allí.
El tiempo era lento, el espacio libre, los colores brillantes, los olores intensos, siempre diferentes dependiendo de la época del año, los sonidos lejanos por el día y profundos y rítmicos por la noche del croar de las ranas al unísono con el canto de los grillos.
Las estrellas eran suaves edredones que daban alas a imaginarte en sitios lejanos, eran los hilos conductores de mis sueños que caían y me arropaban.
Me encantaba pescar en el caño donde lavaba la ropa, hacer collares de margaritas de la fresnera, bañarme en el crucero, ir al árbol inclinado del monte, robar fresas jeje... siempre en el inmejorable marco de una naturaleza que me protegía como si de una madre se tratara.
Mi época favorita era el verano, no había cole, venían mis amigas de Bilbao con las que me faltaba tiempo para jugar, y sobre todo porque llegaban las fiestas del pueblo, esto se traducía, que unas semanas antes de las fiestas yo iba cada día a la puerta de Paco para ver si estaba su coche, para saber si ya había venido de Madrid, era una de mis ansiedades y uno de mis miedos cuando era pequeña, que un verano no viniera.
Paco (Francisco) junto con Daniel erais nuestros maestros de verano, maestros de juegos, que fantástico todo lo hicisteis por nosotros los niños!
La primera vez que vi una película en el cine fue la que nos pusisteis vosotros en las escuelas del pueblo, creandome así una visión de que más alla del puente de curro había mucho por descubrir.
Quería aprender a andar en bici solo para poder participar en la carrera de cintas, la actitud de competitividad también nos la enseñasteis vosotros y la tolerancia a la frustración si perdia, la carrera de sacos, traducido a que la vida está llena de obstáculos y limitaciones pero que se puede llegar... Llenar las botellas de agua trasportando esta con nuestra boca en mi desarrolló que en momentos de estrés respire hondo por la nariz y consiga relajarme etc.
Por eso ademas de ser nuestros maestros de verano, nuestros maestros de juegos habéis sido nuestros maestros de la vida.
Gracias de corazón!
María José Juárez Llamas
Hace años, o como se diría allí, antaño, en mi niñez, que años tan maravillosos!.
Si yo muriera, y como el cuento de Jorge Bucay el buscador, http://embrujando. iespana. es/buscador. htm, tuviese una pizarra donde apuntar los años de vida, en ella sumaria sin duda íntegros los trece años que pase allí.
El tiempo era lento, el espacio libre, los colores brillantes, los olores intensos, siempre diferentes dependiendo de la época del año, los sonidos lejanos por el día y profundos y rítmicos por la noche del croar de las ranas al unísono con el canto de los grillos.
Las estrellas eran suaves edredones que daban alas a imaginarte en sitios lejanos, eran los hilos conductores de mis sueños que caían y me arropaban.
Me encantaba pescar en el caño donde lavaba la ropa, hacer collares de margaritas de la fresnera, bañarme en el crucero, ir al árbol inclinado del monte, robar fresas jeje... siempre en el inmejorable marco de una naturaleza que me protegía como si de una madre se tratara.
Mi época favorita era el verano, no había cole, venían mis amigas de Bilbao con las que me faltaba tiempo para jugar, y sobre todo porque llegaban las fiestas del pueblo, esto se traducía, que unas semanas antes de las fiestas yo iba cada día a la puerta de Paco para ver si estaba su coche, para saber si ya había venido de Madrid, era una de mis ansiedades y uno de mis miedos cuando era pequeña, que un verano no viniera.
Paco (Francisco) junto con Daniel erais nuestros maestros de verano, maestros de juegos, que fantástico todo lo hicisteis por nosotros los niños!
La primera vez que vi una película en el cine fue la que nos pusisteis vosotros en las escuelas del pueblo, creandome así una visión de que más alla del puente de curro había mucho por descubrir.
Quería aprender a andar en bici solo para poder participar en la carrera de cintas, la actitud de competitividad también nos la enseñasteis vosotros y la tolerancia a la frustración si perdia, la carrera de sacos, traducido a que la vida está llena de obstáculos y limitaciones pero que se puede llegar... Llenar las botellas de agua trasportando esta con nuestra boca en mi desarrolló que en momentos de estrés respire hondo por la nariz y consiga relajarme etc.
Por eso ademas de ser nuestros maestros de verano, nuestros maestros de juegos habéis sido nuestros maestros de la vida.
Gracias de corazón!
María José Juárez Llamas
