Ella le pidió que la llevara al fin del mundo, él puso a su nombre todas las olas del mar, se miraron un segundo como dos desconocidos, todas las ciudades eran pocas a sus ojos, ella quiso barcos y el no supo que pescar, y al final numeros rojos en la cuenta del olvido y hubo tanto ruido que al final llegó el final.
De mi paisano Sabina un poeta urbano aunque lleve úbeda en su corazón pueblerino como el nuestro.Para todos lo sque no podemos disfrutar del mar, aunque tengamos paisajes maravillosos que en nada lo envidian.andaluza.
De mi paisano Sabina un poeta urbano aunque lleve úbeda en su corazón pueblerino como el nuestro.Para todos lo sque no podemos disfrutar del mar, aunque tengamos paisajes maravillosos que en nada lo envidian.andaluza.