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VENTOSA DE LA CUESTA: DEL TIEMPO EN QUE CONVIENE CULTIVAR LAS VIñAS SEGúN...

DEL TIEMPO EN QUE CONVIENE CULTIVAR LAS VIñAS SEGúN LOS AGRICULTORES

Las viñas deben plantarse en luna creciente y día menguante, que es después del mediodía. Y se ponen los sarmientos de enero en adelante, lo cual se ha de entender de los sarmientos cortados, porque los barbados se han de arrancar después del mediodía, que es el menguante del día y en el principio de la creciente.

En las tierras frías y húmedas sea la postura en la primavera y no antes cuando el sarmiento tiene aún algo hinchadas las yemas. La postura de la primavera y lo que se comienza desde enero en adelante tiene la ventaja a lo que se hace antes por estar los sarmientos más curados.

Y al tiempo que se ponen que no haga ni levante ni cierzo, ni gran frío, ni demasiado sol, sea el día caliente, sosegado, nublado y que no llueva; si lloviese sea menudito. Y sea desde el primero de la luna hasta los diez días.

El mullir las tierras y las viñas ha de ser de marzo en adelante, una vez cada mes a la mañana o sobre la tarde.

El arar de las viñas tiene dos tiempos para hacerse sin perjuicio; el uno es cuando se acaban de podar, que es antes de comenzar a brotar las yemas; y el otro, es cuando están gordos los agra-ces y firmes los racimos.

Los tiempos de escarceo son dos: en lugares calientes y secos se hace en pasando la vendi-mia; y en las tierras frías, por febrero y de ahí en adelante.

Y el cubrir las cepas sea cuando empieza a templar el tiempo.

Las viñas que tienen hierbas se han de cavar en menguante; y cuando se cavare o arase, que no hiele.

El podar se puede hacer al acabar la vendimia y en la primavera, en febrero o marzo. La pri-mera poda puede hacerse a las vides viejas y flacas, y a las que están en cerros. Y haciéndose en aquel tiempo, no lloran, no se les va la sustancia por las cortaduras, pero esto no es seguro en las tie-rras frías.

Las viñas que están en tierras muy calientes o en resolanas y tierras abrigadas del cierzo, se han de podar antes del invierno. Las que estuvieran en tierras muy frías aunque miren al cierzo, se podan después de febrero y por marzo y no más tarde.

En tiempo que hiele, no se ha de tocar con ninguna cosa en las viñas, por lo que en diciembre es cosa prohibida andar entre vides.

Si se podase en enero o febrero, sea bien entrado el día, y aunque el podar haya de ser siempre en menguante, con todo ello las vides viciosas de tierras frías, que echan toda su fuerza en rama sin producir fruto, se han de podar en el menguante de marzo. Y si la tierra es caliente, sea la menguante de febrero. Las vides que se podaren en la primavera deben podarse en menguante; y las que se podan antes del invierno sea en cayéndoseles las hojas a las vides; y la de la primavera sea cuando quieren comenzar a brotar.

Cuando se quieren coger las uvas para guardarlas y para conservar sanas y que no se pudran, ha de ser en menguante de luna, antes de que las llueva encima, en día claro y sereno y que el sol del día les tenga quitado bien el rocío. Las pasas es también bueno que se hagan en menguante.

Y si la vendimia se hiciese en creciente, dará más vino, pero no dura tanto como cuando se vendimia en menguante, y así para añejar los vinos y que con la humedad no se dañen, será bueno que la vendimia sea en menguante y que se coja el tiempo que para guardar las uvas se dijo.