La olma.
A finales del año 1.988 y primavera del 1.989, fuimos observando como una extraña enfermedad, iba minando poco a poco la imagen mas natural y representativa de nuestro pueblo: LA OLMA, para que durante el año 1.990, ese mal que habiamos leido en revista y prensa, diera al traste con su longevidad.
Sus ramas se encontraban un poco alicaidas e incluso un poco agujereadas, muestra de la enfermedad que la habia ido deteriorando, aunque fué fumigada con diversos insecticidas de los mas usuales en agricultura, nada pudo remediarlo.
La maldita GRAFIOSIS, ha podido no solamente con nuestro arbol mas enigmático, sino igualmente con la mayor parte de los de Castilla y León, en diferentes municipios, de los cuales hariamos una extensa lista, así como de las márgenes del Pisuerga e igualmente los de la provincia de Segovia, donde primeramente comenzó la plaga. La cepa del insecto y del moho que obtura los vasos acaba matándolos, llegó de los EE.UU y ni alli ni en Francia se ha visto combatida.
Hay productos que exigen muchos medios y mucha más continuidad. El insecto que transporta la cepa del moho, se produce cada 15 días y el tratamiento debe llegar a las copas de los árboles a mas de 20 metros en algunos de los casos. En Olmedo aun se conserva una olma, en éstos momentos, tan grande como la que tuvimos en San Vicente.
Ni los más ancianos de la localidad, Sr Wenceslao, tia Gregoria, conocieron la época en la cual pudo plantars, pero por el volumen del tronco y dimensiones, bien podía tener 300 cuando se secó.
Un recuerdo son ya aquellos hatajos de ovejas, que en la tarde de los sábados camino del dominical mercado de Medina del Campo, hacian acto de presencia y descanso a su extensa superficie sombria. Igualmente los grupos de mulas camino de la Feria de San Antonio, comienzo del verano, o bien al final del mismo en San Antolín, principio y fin de la siega y trilla, para los cuales las horas de la siesta debajo de aquel frondoso ramaje, era de gran alivio para posteriormente continuar la marcha.
Ante ella y camino de la Iglesia, han desfilado todos los naturales de San Vicente. Ha sido fiel testigo del pasado Bautizo, Primera Comunion, Confirmación y como es ley de vida en casos de aquellos que nos han dejado para siempre, camino de su última morada y nueva vida a la que Dios nos tenga destinados.
Finalmente un 7 de marzo de 1.991, debaja de ser pareja despues de tantos años, de nuestra Iglesia, una gigantesca grúa, la arrancó, derribandola, siendo decapitada de sus ramajes por las atrevidas motosierras que pudieron con ella, aunque algunas como las de "El Chato", sufrieron los consiguientes desperfectos por la dureza de su madera, acto seguido fué transportada en las inmediaciones de "El Tejar", en la zona de la Cañada Real, donde permaneció un tiempo, perdurando parte de su tronco, ante la imposibilidad de hacer de ella más madera.
En otro momento os indicaré cuando y donde se encuentran los restos, a ver si puedo poner una fotografia antigua de la Iglesia, con La Olma y hasta con tartana. Para otro momento.
Fernando.
A finales del año 1.988 y primavera del 1.989, fuimos observando como una extraña enfermedad, iba minando poco a poco la imagen mas natural y representativa de nuestro pueblo: LA OLMA, para que durante el año 1.990, ese mal que habiamos leido en revista y prensa, diera al traste con su longevidad.
Sus ramas se encontraban un poco alicaidas e incluso un poco agujereadas, muestra de la enfermedad que la habia ido deteriorando, aunque fué fumigada con diversos insecticidas de los mas usuales en agricultura, nada pudo remediarlo.
La maldita GRAFIOSIS, ha podido no solamente con nuestro arbol mas enigmático, sino igualmente con la mayor parte de los de Castilla y León, en diferentes municipios, de los cuales hariamos una extensa lista, así como de las márgenes del Pisuerga e igualmente los de la provincia de Segovia, donde primeramente comenzó la plaga. La cepa del insecto y del moho que obtura los vasos acaba matándolos, llegó de los EE.UU y ni alli ni en Francia se ha visto combatida.
Hay productos que exigen muchos medios y mucha más continuidad. El insecto que transporta la cepa del moho, se produce cada 15 días y el tratamiento debe llegar a las copas de los árboles a mas de 20 metros en algunos de los casos. En Olmedo aun se conserva una olma, en éstos momentos, tan grande como la que tuvimos en San Vicente.
Ni los más ancianos de la localidad, Sr Wenceslao, tia Gregoria, conocieron la época en la cual pudo plantars, pero por el volumen del tronco y dimensiones, bien podía tener 300 cuando se secó.
Un recuerdo son ya aquellos hatajos de ovejas, que en la tarde de los sábados camino del dominical mercado de Medina del Campo, hacian acto de presencia y descanso a su extensa superficie sombria. Igualmente los grupos de mulas camino de la Feria de San Antonio, comienzo del verano, o bien al final del mismo en San Antolín, principio y fin de la siega y trilla, para los cuales las horas de la siesta debajo de aquel frondoso ramaje, era de gran alivio para posteriormente continuar la marcha.
Ante ella y camino de la Iglesia, han desfilado todos los naturales de San Vicente. Ha sido fiel testigo del pasado Bautizo, Primera Comunion, Confirmación y como es ley de vida en casos de aquellos que nos han dejado para siempre, camino de su última morada y nueva vida a la que Dios nos tenga destinados.
Finalmente un 7 de marzo de 1.991, debaja de ser pareja despues de tantos años, de nuestra Iglesia, una gigantesca grúa, la arrancó, derribandola, siendo decapitada de sus ramajes por las atrevidas motosierras que pudieron con ella, aunque algunas como las de "El Chato", sufrieron los consiguientes desperfectos por la dureza de su madera, acto seguido fué transportada en las inmediaciones de "El Tejar", en la zona de la Cañada Real, donde permaneció un tiempo, perdurando parte de su tronco, ante la imposibilidad de hacer de ella más madera.
En otro momento os indicaré cuando y donde se encuentran los restos, a ver si puedo poner una fotografia antigua de la Iglesia, con La Olma y hasta con tartana. Para otro momento.
Fernando.