Cuantas beces emos tenido que estar encordando en el campanario de la iglesia con unas velas que nos daba don Leonides y cuando se terminaban no nos atrebiamos a salir porque la iglesia estaba oscura y teniamos miedo que tiempos aquellos de monagillo con Migel Anjel el del señor Delfil por cierto muchos años que no le veo saludos pedrosa Urbano Campos.