Mi poesía
Yo no quiero vender mi poesía
—mala, mediocre o por acaso buena—.
Versificar es, para mí, condena
que tengo que cumplir, día tras día.
Unas veces con mieles de alegría,
otras con el acíbar de la pena,
soporto con amor esa cadena
que es una parte de la vida mía.
Yo no llamo a los versos: ellos vienen
en cauce natural, porque contienen
cuanto puedo decir y nunca digo.
Aunque del fondo de mi entraña nacen,
contemplo como ajeno cuanto hacen…
hasta que vienen a sentir conmigo.
Autor: Luis Hernández Alfonso
Yo no quiero vender mi poesía
—mala, mediocre o por acaso buena—.
Versificar es, para mí, condena
que tengo que cumplir, día tras día.
Unas veces con mieles de alegría,
otras con el acíbar de la pena,
soporto con amor esa cadena
que es una parte de la vida mía.
Yo no llamo a los versos: ellos vienen
en cauce natural, porque contienen
cuanto puedo decir y nunca digo.
Aunque del fondo de mi entraña nacen,
contemplo como ajeno cuanto hacen…
hasta que vienen a sentir conmigo.
Autor: Luis Hernández Alfonso