CUENCA DE CAMPOS: Vanidad del ser Humano...

Vanidad del ser Humano
La verdad que sí, en ese “no he querido” se hincha su ego a más no poder. En fin y a la postre esto demuestra lo que ya se sabía: que ni siquiera los filósofos están libres de vanidad (que no soberbia). Lo cual, si es moneda común en la mayoría de los mortales, tal vez sea más grave en quien presume de haber hecho de la sabiduría su oficio y profesión.