UNA TARDE
¡Tarde horrible! Del horizonte
la alta esfera, negro velo
recubrió;
triste, obscuro estaba el monte,
triste el valle, triste el cielo,
triste yo!
En medio del cuadro sombrío
de pavura todo acento
feneció;
mudo estaba el manso río,
muda el ave, mudo el viento,
mudo yo.
De la aldea a la cabaña
Buscó un ser mi vista; en vano
Le buscó;
sola estaba la montaña,
solo el bosque, solo el llano,
¡Solo yo!
Y tras el negro horizonte
solo el poder soberano
que hoy logró
que ni una flor guarde el monte,
ni una el bosque, ni una el llano,
¡Ni una yo!
¡Ah! Del tiempo la honda saña
seremos en este arcano
que él formó,
polvo estéril la montaña
polvo el bosque, polvo el llano
¡Polvo yo!
¡Tarde horrible! Del horizonte
la alta esfera, negro velo
recubrió;
triste, obscuro estaba el monte,
triste el valle, triste el cielo,
triste yo!
En medio del cuadro sombrío
de pavura todo acento
feneció;
mudo estaba el manso río,
muda el ave, mudo el viento,
mudo yo.
De la aldea a la cabaña
Buscó un ser mi vista; en vano
Le buscó;
sola estaba la montaña,
solo el bosque, solo el llano,
¡Solo yo!
Y tras el negro horizonte
solo el poder soberano
que hoy logró
que ni una flor guarde el monte,
ni una el bosque, ni una el llano,
¡Ni una yo!
¡Ah! Del tiempo la honda saña
seremos en este arcano
que él formó,
polvo estéril la montaña
polvo el bosque, polvo el llano
¡Polvo yo!