Este poema es de de Benito Pérez Calvo, nacido en Cuenca de Campos; su vida prácticamente transcurrió en Madrid.
Editó un libro de poemas, y quiero destacar éste, ya que profundiza muy hondo su sentir y el sentir del pueblo de Cuenca de Campos a su Cristo de la Agonía y a su laguna del "Pregonero" a la que se refiere en el.
Recibe, allá donde te encuentres, mi cariño y mi respeto.
Pongo esta fotografía como fondo, ya que parece ser que aquí, en este cementerio de Cuenca de Campos reposan sus cenizas.
CRISTO DE LA AGONÍA
De niño te encontré, bendito Cristo,
en un rincón de San Mamés clavado.
Era tu muerte tanta, que asustado,
cerré los ojos tras haberte visto.
Tuve miedo de Ti, más hoy insisto
en volver con mis canas a tu lado;
deja abierta la puerta del costado,
que estar fuera de Tí no lo resisto.
Cuando viva contigo, hermano santo,
te ayudaré a bajar a la laguna;
con el agua estancada y con mi llanto
lavaré tus heridas y quebranto,
y cuando salga la redonda luna,
que te enjuague piadosa con su manto.
BENITO PÉREZ CALVO
Un fuerte abrazo Benito
El de Pucela
Editó un libro de poemas, y quiero destacar éste, ya que profundiza muy hondo su sentir y el sentir del pueblo de Cuenca de Campos a su Cristo de la Agonía y a su laguna del "Pregonero" a la que se refiere en el.
Recibe, allá donde te encuentres, mi cariño y mi respeto.
Pongo esta fotografía como fondo, ya que parece ser que aquí, en este cementerio de Cuenca de Campos reposan sus cenizas.
CRISTO DE LA AGONÍA
De niño te encontré, bendito Cristo,
en un rincón de San Mamés clavado.
Era tu muerte tanta, que asustado,
cerré los ojos tras haberte visto.
Tuve miedo de Ti, más hoy insisto
en volver con mis canas a tu lado;
deja abierta la puerta del costado,
que estar fuera de Tí no lo resisto.
Cuando viva contigo, hermano santo,
te ayudaré a bajar a la laguna;
con el agua estancada y con mi llanto
lavaré tus heridas y quebranto,
y cuando salga la redonda luna,
que te enjuague piadosa con su manto.
BENITO PÉREZ CALVO
Un fuerte abrazo Benito
El de Pucela