CUENCA DE CAMPOS: Te contesto aunque, como dice CASTAÑUELAS, yo soy tú...

Ya me gustaría a mí alabar sus buenas obras, y poder decirle a usted que es un buen alcalde, dialogante y asequible a todo el mundo, pero estos términos a mi manera de ver, no entran en la estructura de su gobierno; entiéndase el gobierno de Cuenca de Campos, el otro mejor ni comentarlo.

Y cogiendo el toro por los cuernos, basándome en el símil taurino que usted bien conoce, pero que nunca llego dominar, le diré que nuestro pueblo se ha hecho y deshecho a su antojo; le recuerdo que la familia Baza Martín a la que usted ahora rechaza y no entiendo el porque, tiene una casa en el Corro de San Mames, toda la familia, con sus tres hijos han estado soportando y soportan los hedores y olores de todo un rebaño de ovejas, por el cerramiento de la antigüa finca.

Sirviendo las paredes del corral, y la casa como pared de su aprisco; es decir lo que antes era una casa perfectamente delimitada toda ella fue absorbida por los intereses del vecino, no respetando en absoluto su construcción y los límites de la vivienda, teniendo que aguantar y soportar como antes le mencionaba, toda clase de olores, que sobre todo en época estival eran y son insoportables.

¿Y usted que hizo para evitarlo en cumplimiento de la ley? NADA.

También le diré, que el Corro de San Mames, antes era un corro para el disfrute de todo un pueblo, ahora es un completo basurero, de una vuelta por la zona y lo verá con sus propios ojos.

Podría diversificar un poco el presupuesto, y adecentarlo y no lo use todo para SU iglesia de Santa María, y otras calles que sabemos que tienen preferencia para usted y su ayuntamiento.

Esto se lo digo sin ánimo de criticarle, es para que sea más ecuánime con todos los vecinos de Cuenca de Campos, y no actuando siempre según sus propios intereses, y con la parcialidad que a usted le caracteriza.

Te contesto aunque, como dice CASTAÑUELAS, yo soy tú y tú eres yo.

Has tocado un tema que no he querido tocar para no parecer victimista. Lo expones como es, con realidad; pero omites lo de las humedades que el tal aprisco produce en las habitaciones que dan a la citada pared. No hay manera de quitarlas, sin mencionar el constante deterioro que produce a la vivienda.

La última vez que hemos estado dos días en ese corro, mi mujer y yo nos hemos ido con mucho ardor de estómago. El olor es nauseabundo. No quiero decir más ….

También es verdad que hubo un tiempo que en el Corro de San Mamés se disfrutaba. Muchas tardes Andresito, Carlotina, Maruja, alguno de mis hermanos y yo nos sentábamos en la hierba, a la sombra de los árboles; charlábamos, nos reíamos y comíamos pipas de gigantea. Recuerdo que mi tía Esperanza se asomaba y nos decía: “ ¿Qué bien estáis ahí, eh?”

Esto, que parece idílico, no tiene nada que ver con lo que ocurrió años más tarde cuando a diario entraban los camiones de la leche y hacían maniobra sobre el barro. Eso era para vivirlo. Yo he visto a mis sobrinos volver del colegio, y sin poder pasar las criaturas se metían hasta las rodillas en el lodazal. Y así una vez y otra ves. Y el Alcalde, pues.. mirando para el teso del Moro.
Saludos


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