CUENCA DE CAMPOS: Salieron de la noche, ¿qué importa el día?...

Salieron de la noche, ¿qué importa el día?
Ya nunca más volvieron.
No volvieron a su tierra, no, ya no volvieron.
Ni volverán jamás a remover las piedras,
ni a beber el agua sucia de los ríos,
ni a marcar sus negras huellas en la arena.
Porque salieron de la noche ya sin vida
y no volvieron.

Ni el mismo Mahoma redimido,
ni su Alá más descuidado les ayudan.
A la suerte del borracho están vendidos.
Se alimentan con los huevos de la muerte
que comienza a dar veneno de sus frutos
-los primeros en probarlo ya cayeron-.
No volvieron, no. Ni podrán volver ya nunca.
Los abandonó su Dios y el nuestro.
Escarbaron con sus dientes en las rocas
y sus cuerpo ocuparon esos huecos.
Y no volvieron... ¡que no! Que no sé de ellos.

Salieron de la noche en madrugada
y sólo vi el vuelo incierto de pañuelos
que discutían con el aire entumecido.
Sobre un barco en alta mar se descubrieron,
y las sirenas los estaban esperando.
No volvieron más, no. No volvieron.
Moisés contaba su futuro por billetes,
y forjaba nuevas cunas el carpintero.
Y esos pobres que impacientes se preparan
pronto volverán con su Morfeo.

Salieron de la noche, no sé el día,
y a la muerte sus regazos ofrecieron.
A la lengua del estrecho se apresuran...
No volvieron a su tierra, no. No volvieron.

"En la lengua del estrecho"
de David Pascual.