Horrido
invierno, que la luz serena,
y agradable
color del puro
cielo
cubres de oscura
sombra y turbio velo
con la mojada faz de
nieblas llena;
vuelve a la fría
gruta, y la cadena
del nevoso Aquilón; y en aquel hielo,
que oprime con rigor el duro suelo,
las furias de tu ímpetu refrena.
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