Señor mío, no quito importancia a lo que dices sobre el alcohol. Necesitar beber todos los días desemboca inevitablemente en una enfermedad y necesitarlo los fines de semana para divertirse en una estupidez.
Con las drogas pasa exactamente lo mismo, con la única y gran diferencia de que la simple estupidez crea rápidamente gravísimas taras físicas y psicológicas irrecuperables sin necesidad de llegar a la enfermedad, que se llega muy habitualmente, más de lo que se cree y más de lo que quisiéramos.
Equiparar el alcohol a este tipo de drogas es un herror además de una excusa que suele servirle a los consumidores para autoconvencerse de que no es tan grave lo que están haciendo. Y, creeme, lo es.
Con las drogas pasa exactamente lo mismo, con la única y gran diferencia de que la simple estupidez crea rápidamente gravísimas taras físicas y psicológicas irrecuperables sin necesidad de llegar a la enfermedad, que se llega muy habitualmente, más de lo que se cree y más de lo que quisiéramos.
Equiparar el alcohol a este tipo de drogas es un herror además de una excusa que suele servirle a los consumidores para autoconvencerse de que no es tan grave lo que están haciendo. Y, creeme, lo es.