ADALIA: MÁS ALLÁ DE LA PANTALLA...

MÁS ALLÁ DE LA PANTALLA

Desde que los hermanos Lumiére, motivados quizá por el Kinetógrafo de Dickson, vieron las primeras imágenes en movimiento hace más de un siglo, no ha dejado de desarrollarse esta industria, convirtiéndose en la cultura de la imagen. La técnica del cine se fue perfeccionando hasta conseguir que una diminuta cámara de bolsillo pueda hacer recrear la imaginación de cualquier aficionado.
Pero refiriéndome al séptimo arte, donde en la pantalla se hacen coincidir imagen, sonido y talento, sin el cual no se puede crear esa magia que hace soñar en la sala a oscuras lo que vemos por la pantalla. Hacer cine de calidad no es sólo cuestión de medios técnicos sino de talento, ahora muchas películas no son más que un capítulo de un interminable culebrón cinematográfico, que después de verlo te olvidas completamente de que se trataba.
No es fácil hacer películas como los maestros Españoles como Buñuel, Berlanga, Saura o Víctor Erice o más recientes directores como Almodóvar, Alejandro Amenábar, o Alex de la Iglesia etc… con escasos medios, -como las antiguas producciones- en que aquello que te enseñaban, no se iba de la mente.
Hoy en día tratan de reflejar en la pantalla y, en muchos casos calcando la mediocridad del mundo que nos envuelve, aunque traten de ganarse el “Goya” “La concha de Oro” o los premios más importantes en Hollywood. La industria cinematográfica le ha sacado buen provecho a la violencia o al sexo, como un reflejo que palpita en nuestra sociedad, también la sangre como una tesis del cine de terror, con el móvil de una pesadilla persecutoria que tanto ha gustado a los chavales. El morbo hace que nos regocijemos en la butaca con excesivos efectos especiales y, ahora modernamente con el 3D, imaginando las cuchillas de Fredy rasgando el misterio de un género tan manido, o los indestructibles robots inteligentes como nuevos westerns en un mundo tecnificado en bodrios insufribles. Para mí el futuro del cine estaría por el camino de los documentales.
La magia de Walt Disney sigue todavía creando fantasías en los “niños grandes”, los ya clásicos George Lucas y Eteven Spielberg, que han dominado esa industria con muchos medios, fueron los reyes Midas del cine moderno; que convirtieron en oro todo lo que tocaron. Pero lo bueno ya estaba hecho. Maestros del cine como Chaplin, Fellini, Ingman Bergman, Alfred Hitchcock, Billy Wilder, Woody Allen, o Coppola…etc nos hicieron ver un sueño, al tiempo que soñábamos en la proyección.
Otras muchas películas simplemente están para pasar el rato y, muchísimas pura bazofia. La película que se desea ver más de una vez, es que tiene algo que conecta con la belleza (en mí caso fue “Doctor Zihvago” de David Lean, la cual fui a ver muchas veces en la gran pantalla, también por la banda sonora claro está), siempre que te hay sensibilidad y poesía, cuando te abren las puertas del alma…
Si el cine tiene capacidad para desplegar todo su ámbito psicológico para crear una manifestación artística, llegar a hacer arte no es nada fácil, filmar el duendecillo invisible que se retiene en la mente sólo lo consiguen muy pocos, a éstos se les guarda en las filmotecas como oro en paño, más allá de la pantalla.

Jacinto Herreras Martín