Con este castillo de Mota del Marqués de fondo, está bién hacer una pequeña semblanza de ADALIA y su entorno. Esa silueta cercana era muy familiar para todos los que vivimos paseando con frecuencia aquellos cinco kilómetros que nos separaban de la Mota.
Recordando que en Adalia no teníamos "Botica" y para cualquier medicina, siempre teníamos que ir al boticario de la Mota. Gran familia los Melendez, su hijo Isidoro, estaba casado con mi prima Angelines y, otro hijo Antonio, muy inteligente, hoy es el comisario de esa gran fundación "Las edades del Hombre".
Adalia y la Mota eran una misma el día de los toros. Familias entrañables de Adalia que se instalaron en Mota, como Antonio el herrero y sus hijos que se iban en bicicletas todos los días allí al taller. Tita, una amiga de todos nosotros, los que vivimos aquella maravillosa niñéz y la juventud de aquellos años sesenta. ¡como olvidar tantos buenos momentos! ahora que tenemos esta posibilidad de comunicación en internet. Hacer de ello un álbun en el que todos podemos particitar, para vernos reflejados en la reciente historia del ayer.
Gracias a Francisco Bayón Laguna, he podido rememorar los curas que han pasado por Adalia, un gran amigo, herencia de una buena amistad entre su padre Siro, y el mio Jacinto, con el que es un deleite recordar nuestras trastadas. (Comiéndola a su madre las pelusas, cuando erámos niños).
Adalia y su recuerdo es un tesoro al que no podemos renunciar. Las fiestas... Cuando los músicos hacian el pasacalles y, les ibamos siguiendo los chavales, el baile, las mozas tan guapas todas eran amigas, primas o hermanas. Dos bailes, un domingo con la "Farruca" y otro con "Porfirio".
Un pregonero como "Tertuliano" era todo un lujo, redoblando en una lata... Anuciando cualquier acontecimiento, o el cine de Mota, cuando ibamos todos a verlo con nuestras sillas de casa, no deja de ser una memoria sentimental que tantas veces hemos visto retratado en el cine de aquellos años. En fin, si ponen más fotos en otro momento seguiremos recordando.
Jacinto Herreras Martín.
Recordando que en Adalia no teníamos "Botica" y para cualquier medicina, siempre teníamos que ir al boticario de la Mota. Gran familia los Melendez, su hijo Isidoro, estaba casado con mi prima Angelines y, otro hijo Antonio, muy inteligente, hoy es el comisario de esa gran fundación "Las edades del Hombre".
Adalia y la Mota eran una misma el día de los toros. Familias entrañables de Adalia que se instalaron en Mota, como Antonio el herrero y sus hijos que se iban en bicicletas todos los días allí al taller. Tita, una amiga de todos nosotros, los que vivimos aquella maravillosa niñéz y la juventud de aquellos años sesenta. ¡como olvidar tantos buenos momentos! ahora que tenemos esta posibilidad de comunicación en internet. Hacer de ello un álbun en el que todos podemos particitar, para vernos reflejados en la reciente historia del ayer.
Gracias a Francisco Bayón Laguna, he podido rememorar los curas que han pasado por Adalia, un gran amigo, herencia de una buena amistad entre su padre Siro, y el mio Jacinto, con el que es un deleite recordar nuestras trastadas. (Comiéndola a su madre las pelusas, cuando erámos niños).
Adalia y su recuerdo es un tesoro al que no podemos renunciar. Las fiestas... Cuando los músicos hacian el pasacalles y, les ibamos siguiendo los chavales, el baile, las mozas tan guapas todas eran amigas, primas o hermanas. Dos bailes, un domingo con la "Farruca" y otro con "Porfirio".
Un pregonero como "Tertuliano" era todo un lujo, redoblando en una lata... Anuciando cualquier acontecimiento, o el cine de Mota, cuando ibamos todos a verlo con nuestras sillas de casa, no deja de ser una memoria sentimental que tantas veces hemos visto retratado en el cine de aquellos años. En fin, si ponen más fotos en otro momento seguiremos recordando.
Jacinto Herreras Martín.