Dicen que pisar en Soria, es conocer el silencio, sentir la voz de la tierra sin notar ningún desprecio, divisar el horizonte con el frío de febrero, y mirar sin miedo el Norte, aunque nos ronde un gran hielo.
Los enebros son testigos del duro y penoso invierno, más sientes la voz del campo que vive pidiendo riego.
Soria, es fría y solitaria, es distinta y teme al fuego, sus caminos son historias, de las que dejan recuerdos.
Los caminos de la vida, son distintos, nunca serán paralelos.
Aunque en Soria prevalezca la nostalgia y el recuerdo.
Caminar por sus caminos, entre los pinos y enebros, mirando hacia las colinas, entre castillos guerreros.
La sensación de la historia, me deja siempre un recuerdo, que se me llena de luces, de sonidos y silencios.
Vivir sin contar los días, caminar buscando el Duero, sentir penas y alegrías soñando amor verdadero.
Las campanas suenan fuerte, El Burgo reza en silencio.
El río Abión va cantando cuando se acerca al Ucero, y los dos ríos unidos bajan ha buscar a el Duero.
Ermitas llenas de señas, del pasado verdadero, donde los hombres de Soria, juraban amor eterno.
Tierras llenas de romances, entre promesas y versos, palabras que son gravadas, en las mentes y en los templos.
Nunca me sentí distante, de las costumbres del pueblo, note la voz de esta tierra, con su fuerza y con su esfuerzo, conociendo sus motivos de coraje y sufrimiento.
Dicen que vivir en Soria, es un regalo del cielo, que aunque pegue mucho el frío, caliente vive el cerebro.
Cuando dejas esta tierra, llevas todos los recuerdos, la emigración que es forzosa, la sientes como un lamento. y en la distancia la sufres, viviendo su descontento.
Soria busca nuevas vías, un camino hacia el progreso, no quiere oír fantasías, y conocer los desprecios.
Soria será poesía, Soria será luz y viento, más no quiere hipocresía, ni un mañana sin aliento. G X Cantalapiedra.
Los enebros son testigos del duro y penoso invierno, más sientes la voz del campo que vive pidiendo riego.
Soria, es fría y solitaria, es distinta y teme al fuego, sus caminos son historias, de las que dejan recuerdos.
Los caminos de la vida, son distintos, nunca serán paralelos.
Aunque en Soria prevalezca la nostalgia y el recuerdo.
Caminar por sus caminos, entre los pinos y enebros, mirando hacia las colinas, entre castillos guerreros.
La sensación de la historia, me deja siempre un recuerdo, que se me llena de luces, de sonidos y silencios.
Vivir sin contar los días, caminar buscando el Duero, sentir penas y alegrías soñando amor verdadero.
Las campanas suenan fuerte, El Burgo reza en silencio.
El río Abión va cantando cuando se acerca al Ucero, y los dos ríos unidos bajan ha buscar a el Duero.
Ermitas llenas de señas, del pasado verdadero, donde los hombres de Soria, juraban amor eterno.
Tierras llenas de romances, entre promesas y versos, palabras que son gravadas, en las mentes y en los templos.
Nunca me sentí distante, de las costumbres del pueblo, note la voz de esta tierra, con su fuerza y con su esfuerzo, conociendo sus motivos de coraje y sufrimiento.
Dicen que vivir en Soria, es un regalo del cielo, que aunque pegue mucho el frío, caliente vive el cerebro.
Cuando dejas esta tierra, llevas todos los recuerdos, la emigración que es forzosa, la sientes como un lamento. y en la distancia la sufres, viviendo su descontento.
Soria busca nuevas vías, un camino hacia el progreso, no quiere oír fantasías, y conocer los desprecios.
Soria será poesía, Soria será luz y viento, más no quiere hipocresía, ni un mañana sin aliento. G X Cantalapiedra.
