SORIA: TENÍA DENTRO EN SU MENTE LA VISITA A LA LAGUNA NEGRA...

TENÍA DENTRO EN SU MENTE LA VISITA A LA LAGUNA NEGRA DE SORIA
Aquella tarde del 22, de agosto de 2018, aquella familia venida desde San Fernando, Cádiz, se encontró con todo un paisaje, lleno de pinares y piedras, con un sabor machadiano, que desde niño aquel hombre, tenía metido en su mente, y que a su señora y tres hijas, les había comentado muchas veces, el poder visitarlo, el hombre era un forofo del poeta, Don. Antonio Machado, que ya en su infancia, consiguió leer el libro de Los Campos de Castilla, y la historia de Los Alvargonzalez, y en su pensamiento, nunca dejo en el olvido poder visitar la famosa Laguna Negra. Aquella tarde una tormenta dejo el ambiente un poco más fresco, pero fabuloso, para subir con su automóvil, hasta el aparcamiento del lugar donde se tiene que dejar allí su coche, y obstar, por subir andando o en un autobús, que su precio son un euro y veinte céntimos por viajero. Cosa que parece que le agrado, el poder compartir con los demás usuarios sus voluntades, de viajar entre aquel verde de pinos, y ver a las águilas volando sobre el cielo. Al descubrir la Laguna Negra, después de a ver andado como unos 300, metros cuesta arriba, diviso las paredes de aquel paraje fabuloso, y comento a su familia. “Esto es lo que yo siempre pensé, y en mis horas de soledad machadiana, llevaba en mi mente este contorno metido en mi cerebro, no es Andalucía, comentaba el hombre, pero lo siento como si fuera parte de mi sexto sentido, estar aquí con toda mi familia, y poderles explicar la historia de este lugar, me hace feliz, de memoria recitó poemas de Machado, y algún verso por el construido, las tres hijas se quedaron atónitas, nunca llegaron a saber que su padre tenía en el pensamiento, llevarlas hasta ese lugar de naturaleza espectacular, y sobre todo la cantidad de pinos tan derechos como velas, y ese fondo de pared que parece imposible de escalar, era asombroso el poder pisar aquellas piedras gigantes, el contemplar aquellos senderos entre la vegetación y las piedras, y caminar por aquella acera de madera fabricada en los últimos años, para dar a ese entorno, una maravillosa vida, todo fue un viaje como diría un adivino, viajar hasta el pasado, pero no el del hombre de San Fernando, si no el de su poeta andaluz, Don. Antonio Machado, casado con Leonor una joven soriana, que por desgracia falleció con tan solo 18, años, y que su tumba la acababa de visitar esa mañana, y contemplar a la vez la maravillosa vista paisajística, de El Río Duero y la Ermita de San Saturio, desde el Parador Nacional, de Don. Antonio Machado. Aquel hombre en ese maravilloso día, realizo parte de sus sueños de juventud. Pensó recordar unas frases leídas no sabe dónde, que decían. “Se pondrán viejas las piedras, los pinos se harán astillas, cambiara el Duero de cauce, más Machado está en Castilla, Vive en La Laguna Negra, entre montañas y encinas, en la parda sementera y allí arriba en sus colinas”. Todo aquel viaje le parecía un sueño al hombre de San Fernando, era tan distinto el paisaje de su tierra, que llego a pensar en el azul del cielo, que se parecían, y en el verdor de los pinos, con el azul del mar en Cádiz, aquel retorno era un regreso a la felicidad, de poder tener grabado en su memoria, y en su máquina de fotos, lugares para el resto de su vida, cuando el autobús inicio su regreso, le comento a un viajero también forofo de Machado, “Si puedo volveré a este lugar incluso con mucha más calma, luego una vez en Vinuesa, se dirigió a su plaza, donde sin mucha prisa, sentado alrededor de una mesa con su familia, tomaron un refresco, contemplando ese pino colocado en medio de dicha Plaza, que era nuevo para el hombre, ya que las costumbres no son en toda España lo mismo, En Soria se llama “El Mayo”, y parece que es una tradición de siglos. Al hacerse de noche. De nuevo volvió a su automóvil, para iniciar su camino para vivir de pleno sus bonitas vacaciones, con el buen sabor que le había dejado aquel lugar maravilloso, llamado La Laguna Negra. G X Cantalapiedra.