PEÑALBA DE SAN ESTEBAN: PEÑALBA DE SAN ESTEBAN ERA PARTE DEL CAMINO...

PEÑALBA DE SAN ESTEBAN ERA PARTE DEL CAMINO
Hay misterios en la vida que nadie puede explicar,
entre las cosas sencillas que puede darte un lugar.
Las brisas de la mañana corren por muchas laderas,
y hay sonidos de campanas que alegran las primaveras.
Peñalba luces y sombras de un pasado de leyendas,
con álamos que te asombran entre sus temidas nieblas.
El Duero sigue orgulloso sin pisar esa vereda
donde los fríos se crecen en sus grandes arboledas.
Corren los vientos del norte en sus campos y ribera,
a veces son el resorte de una buena sementera.
Campos que marcan distancia sin entender de fronteras,
en Peñalba la arrogancia nunca supo de banderas.
El polvo de los caminos hace latir su pradera,
Peñalba tiene sus signos con gestos que nadie espera.
Las noches pasan callando con sus redes que se alientan,
miro a Peñalba soñando con historias que comentan.
Hay noches que rompen sueños con verdades casi eternas,
si son los vientos pequeños no quieren gentes enfermas.
Cuando la noche termina entre sabanas de seda,
mucha pena se elimina al ver que el tiempo se enreda.
Los misterios de la vida tienen cogidas sus sendas,
y alguna noche elegida puede ponernos las vendas.
No sueñes con noche blanca, ni busques la noche negra,
cuando el misterio se arranca a veces se vuelve fiera.
Tierras llenas de tormentas por la Ribera del Duero,
sombras que a veces se aumentan con aires de aventurero.
Cuando las noches terminan y solo vive el silencio,
muchas penas se eliminan sin ver el presente necio.
Peñalba marcó camino antes de llegar al Duero,
sin saber de desatino ni ver su rumbo altanero.
Las horas se van volando incluso si tienes sueño,
se puede seguir pensando en luces que van sin dueño.
En las noches tenebrosas no ves pájaros risueños,
y mucho menos las rosas que pueden causar empeños.
En estos raros caminos donde no se para el tiempo,
existen los falsos trinos que dicen que suelta el viento.
Peñalba siempre es camino de la bajada hacia el Duero,
nadie se siente adivino ni comprende algún te quiero.
Tierras que fueron marcadas con lanzas de puro acero,
con batallas desgarradas en sendas de romancero.
G X Cantalapiedra.