VERUELA Y NOVIERCAS
En las tierras del Moncayo
donde Bécquer trazó rimas,
en Veruela hizo su ensayo
mirando las frías cimas.
Noviercas fue su posada
y consuelo en su camino,
su vida siempre angustiada
buscaba algún don divino.
Adolfo Gustavo Bécquer
con sus rimas y leyendas,
la muerte llego a entender
sin ponerse nunca vendas.
La soledad de la muerte
mirando el frío Moncayo,
en Veruela tuvo suerte
sin sufrir ningún desmayo.
Leyendas que son historias
que se clavan en el alma,
Bécquer dejo en sus memorias
las rimas que siembran calma.
Veruela su gran escuela
con profesores de lujo,
el tiempo va que se vuela,
aunque le dejo su embrujo.
Pasaran años y cosas
estudiando sus escritos,
tuvo frases tan hermosas
que hoy parece que son mitos.
Aquel poeta sevillano
que dejo huellas fecundas,
tuvo sentimiento humano
en sus palabras profundas.
De Noviercas a Veruela
parece corto el camino,
el Moncayo te consuela
sin sentirte un adivino.
G X Cantalapiedra.
En las tierras del Moncayo
donde Bécquer trazó rimas,
en Veruela hizo su ensayo
mirando las frías cimas.
Noviercas fue su posada
y consuelo en su camino,
su vida siempre angustiada
buscaba algún don divino.
Adolfo Gustavo Bécquer
con sus rimas y leyendas,
la muerte llego a entender
sin ponerse nunca vendas.
La soledad de la muerte
mirando el frío Moncayo,
en Veruela tuvo suerte
sin sufrir ningún desmayo.
Leyendas que son historias
que se clavan en el alma,
Bécquer dejo en sus memorias
las rimas que siembran calma.
Veruela su gran escuela
con profesores de lujo,
el tiempo va que se vuela,
aunque le dejo su embrujo.
Pasaran años y cosas
estudiando sus escritos,
tuvo frases tan hermosas
que hoy parece que son mitos.
Aquel poeta sevillano
que dejo huellas fecundas,
tuvo sentimiento humano
en sus palabras profundas.
De Noviercas a Veruela
parece corto el camino,
el Moncayo te consuela
sin sentirte un adivino.
G X Cantalapiedra.