ERA UN VIAJE SIN RETORNO A CATALUÑA
Hace ahora sesenta y cinco años, aquel joven con su pequeña maleta, se marchaba desde su localidad hasta la Estación de Ferrocarril de La Rasa, Eran dos horas de camino andando, por donde la carretera bordeaba el campo de Aviación de la Legión Condor de Alemania, durante la Guerra incivil española. Sobre aquella finca casi toda llana, con el Río Duero de limite, Hoy día una hermosa finca de manzanas de una empresa catalana, y en aquellos años de la emigración forzosa toda sembrada de cereales, aquel joven conseguía llegar a dicha estación, para iniciar un viaje hacia Ariza y luego a Barcelona, en su mente llevaba su vida pasada en aquel pueblo donde existía una buena armonía entre sus vecinos, aunque el trabajo faltaba sobre todo en personas que no tenían demasiadas propiedades, Según caminaba para subir a su tren, la memoria iba recordándole su pasado sobre la tierra de Soria, sabia que algunas personas de aquel entorno se habían marchado a esa tierra catalana, y la mayoría parecía que les iba bastante bien. Este joven tuvo la suerte de haber quedado con un pariente suyo en la estación de Barcelona, y allí empezó a sentirse con ganas de vivir dignamente, sin tener que esperar en su tierra nuevas oportunidades, Este joven en Cataluña se inició en el mundo del trasporte, y empezó por ser ayudante de conductor, llegando después a ser un buen conductor de autobuses, donde se pasaron muchos años sin querer volver a su pueblo, ya que su familia también se marcharon a Cataluña, y allí parece ser que tuvieron suerte en la vida, dejando en el olvido su pasado de la agricultura familiar. G X Cantalapiedra.
Hace ahora sesenta y cinco años, aquel joven con su pequeña maleta, se marchaba desde su localidad hasta la Estación de Ferrocarril de La Rasa, Eran dos horas de camino andando, por donde la carretera bordeaba el campo de Aviación de la Legión Condor de Alemania, durante la Guerra incivil española. Sobre aquella finca casi toda llana, con el Río Duero de limite, Hoy día una hermosa finca de manzanas de una empresa catalana, y en aquellos años de la emigración forzosa toda sembrada de cereales, aquel joven conseguía llegar a dicha estación, para iniciar un viaje hacia Ariza y luego a Barcelona, en su mente llevaba su vida pasada en aquel pueblo donde existía una buena armonía entre sus vecinos, aunque el trabajo faltaba sobre todo en personas que no tenían demasiadas propiedades, Según caminaba para subir a su tren, la memoria iba recordándole su pasado sobre la tierra de Soria, sabia que algunas personas de aquel entorno se habían marchado a esa tierra catalana, y la mayoría parecía que les iba bastante bien. Este joven tuvo la suerte de haber quedado con un pariente suyo en la estación de Barcelona, y allí empezó a sentirse con ganas de vivir dignamente, sin tener que esperar en su tierra nuevas oportunidades, Este joven en Cataluña se inició en el mundo del trasporte, y empezó por ser ayudante de conductor, llegando después a ser un buen conductor de autobuses, donde se pasaron muchos años sin querer volver a su pueblo, ya que su familia también se marcharon a Cataluña, y allí parece ser que tuvieron suerte en la vida, dejando en el olvido su pasado de la agricultura familiar. G X Cantalapiedra.