HACE AHORA 45, AÑOS.
Aquel verano del año 1980, en el mes de agosto nos preparamos para ir al Castillo de Gormaz, Fortaleza Califal, eran las diez de la noche, quisimos subir por la Calzada Romana desde el Puente sobre el Río Duero, entonces en plena circulación, fuimos tres amigos entonces jovenes, con nuestros bastones para sujetarnos en tan grande subida, El camino de subida fue fácil aunque la noche nos dejó algún tropezón sobre las piedras de esa Calzada, al estar en dicha Fortaleza Califal, pudimos divisar luces en el cielo que no parecían ser aviones ni tampoco estrellas, estuvimos un buen rato divisando esas luces en la noche soriana, que no eran fáciles de entender, más con la idea de saber a fondo de que se trataba, aquello parecía alargarse, y de nuevo sobre las once y media de la noche bajamos hasta el Puente del Duero, sin dejar de mirar aquellas luces que parecían estar cada vez más cerca del suelo, Pudimos estar contemplando las luces brillantes que parecían moverse sin demasiada prisa, y por fin volvimos a nuestras viviendas de verano con las dudas de aquel misterio imposible de comprender, el cielo estaba limpio de nubes, la Luna estaba en cuarto menguante, y el miedo a lo desconocido en aquella noche no muy deslumbrante, nos hizo sentir esa brisa del viento que a veces te deja helado en pleno agosto, a la mañana siguiente todo se veía lo mismo que siempre, el calor empezaba a subir de temperatura sobre las once de la mañana, hora para coger tu bicicleta y darte un paseo hasta el Puente, donde miré al cielo azul de esa Castilla que poco podía decirme de aquella noche y sus misterios, La Fortaleza Califal de Gormaz, donde hace muchos años estuvo Almanzor y El Cid Campeador, seguían con sus murallas desafiando a los siglos, sin darse ninguna importancia. Esta Fortaleza parece ser un Barco muy largo, que navega por tierras de esa Castilla despoblada, que hace siglos tuvo muchas horas de batallas para recuperar la Ribera del Duero, a las huestes musulmanas. G X Cantalapiedra.
Aquel verano del año 1980, en el mes de agosto nos preparamos para ir al Castillo de Gormaz, Fortaleza Califal, eran las diez de la noche, quisimos subir por la Calzada Romana desde el Puente sobre el Río Duero, entonces en plena circulación, fuimos tres amigos entonces jovenes, con nuestros bastones para sujetarnos en tan grande subida, El camino de subida fue fácil aunque la noche nos dejó algún tropezón sobre las piedras de esa Calzada, al estar en dicha Fortaleza Califal, pudimos divisar luces en el cielo que no parecían ser aviones ni tampoco estrellas, estuvimos un buen rato divisando esas luces en la noche soriana, que no eran fáciles de entender, más con la idea de saber a fondo de que se trataba, aquello parecía alargarse, y de nuevo sobre las once y media de la noche bajamos hasta el Puente del Duero, sin dejar de mirar aquellas luces que parecían estar cada vez más cerca del suelo, Pudimos estar contemplando las luces brillantes que parecían moverse sin demasiada prisa, y por fin volvimos a nuestras viviendas de verano con las dudas de aquel misterio imposible de comprender, el cielo estaba limpio de nubes, la Luna estaba en cuarto menguante, y el miedo a lo desconocido en aquella noche no muy deslumbrante, nos hizo sentir esa brisa del viento que a veces te deja helado en pleno agosto, a la mañana siguiente todo se veía lo mismo que siempre, el calor empezaba a subir de temperatura sobre las once de la mañana, hora para coger tu bicicleta y darte un paseo hasta el Puente, donde miré al cielo azul de esa Castilla que poco podía decirme de aquella noche y sus misterios, La Fortaleza Califal de Gormaz, donde hace muchos años estuvo Almanzor y El Cid Campeador, seguían con sus murallas desafiando a los siglos, sin darse ninguna importancia. Esta Fortaleza parece ser un Barco muy largo, que navega por tierras de esa Castilla despoblada, que hace siglos tuvo muchas horas de batallas para recuperar la Ribera del Duero, a las huestes musulmanas. G X Cantalapiedra.