BLACOS: Tantos tontos...

Tantos tontos

Hay cosas que no admiten ni siquiera una broma, ni una rebeldía juvenil. Hay cosas con las que no se juega, o con las que no se debe jugar. Cada vez que se menosprecia, se difama o se insulta a una mujer, ella puede quedar humillada, vejada o zaherida, pero los hombres no salen indemnes. El desprecio a una mujer supone la vileza de cualquier hombre, porque lo que se da a entender es que somos incapaces de asumir de una vez el papel que debemos jugar en cualquier relación. Cuando a una mujer se le llama tonta lo que de verdad sucede es que es el hombre el que se desprecia a sí mismo, aunque él piense todo lo contrario. Cuando se llama tontas a todas las mujeres, somos todos los hombres los que perdemos una parte de nuestra credibilidad, nuestro respeto y nuestra propia dignidad. Al llamar tontas a todas las mujeres, todos los hombres debemos sentirnos insultados porque si se generaliza en el desprecio a ellas también se universaliza la necedad de todos nosotros.
Y la primera acción que puede cambiar esto es la de alzar la voz y criticar el hecho. Me parece de una zafiedad absoluta escribir tontas en lugar de tantas en el mural que se hizo en el pueblo, y que, hasta dónde yo sé, reflejaba una actividad dura y cotidiana que tuvieron que desempeñar nuestras abuelas y nuestras madres, como era el de lavar la ropa en el río. Y me parece un descrédito absoluto escribirlo con una mano que se esconde en las sombras del anonimato.
Esta actuación puede parecer inocua pero no es así. No sólo se desprecia a las mujeres, a todas las mujeres, incluidas las de su familia o las de su entorno. Se desprecia, y me parece muy grave, ese ambiente de concordia que se lleva muchos años intentando crear, o mejorar, en Blacos. Nunca hasta ahora se habían visto tantas peñas, tantos grupos de amigos unidos más allá de los cuatro días de verano. Lejos parecen quedar, aunque a veces lo dude, aquellas relaciones frías y absolutamente jerarquizadas y dictatoriales. Quizás algunas mentes reaccionarias piensen que cualquier pasado fue mejor y quieran recuperar papeles protagónicos que tenían entonces y que se han diluido con el paso del tiempo. Si es así, ese cambio de tontas por tantas tiene un significado todavía mucho más profundo. Significa un claro intento de pervertir ese buen ambiente que se regenera cada año en Blacos. En nuestra mano está evitarlo y demostrar que cualquiera que intente la división se enfrenta a un imposible. Lo demás son tonterías, de tontos, no de tontas.