(continua)
Pegando a la Venta se encuetra La Dehesa, es un gran prado de hierba fresca totalmente vallado y de propidad municipal, donde pastaban las numerosas vacas, burros, caballos, mulas y machos que había en el pueblo.
Antes los trabajos del campo se hacían con animales, en todas las casas había alguno, se traían aqui a pastar y al atardecer se volvían a llevar a casa, a la cuadra, cruzando la carretera y subiendo todo el camino arriba hasta el pueblo.
Si os fijais al empezar el camino de la carretera al pueblo, hay dos mojones de cañada, uno a cada lado.
He oido que en tiempos pasaban los rebaños de ovajas merinas, solian ser de la parte San Pedro Manrique, y no hacía mucha gracia a las gentes del pueblo por si los rebaños traían enfermedades y las cotagiaban a los rebaños de obejas churras que tenían ellos.
De aqui debe de venir lo de no juntar churras con merinas.
Pegando a la Venta se encuetra La Dehesa, es un gran prado de hierba fresca totalmente vallado y de propidad municipal, donde pastaban las numerosas vacas, burros, caballos, mulas y machos que había en el pueblo.
Antes los trabajos del campo se hacían con animales, en todas las casas había alguno, se traían aqui a pastar y al atardecer se volvían a llevar a casa, a la cuadra, cruzando la carretera y subiendo todo el camino arriba hasta el pueblo.
Si os fijais al empezar el camino de la carretera al pueblo, hay dos mojones de cañada, uno a cada lado.
He oido que en tiempos pasaban los rebaños de ovajas merinas, solian ser de la parte San Pedro Manrique, y no hacía mucha gracia a las gentes del pueblo por si los rebaños traían enfermedades y las cotagiaban a los rebaños de obejas churras que tenían ellos.
De aqui debe de venir lo de no juntar churras con merinas.