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BLACOS: A uno, cuando oye hablar de peregrinación, enseguida...

A uno, cuando oye hablar de peregrinación, enseguida le viene a la mente el camino de Santiago, la peregrinación a La Meca, a Lourdes, pués que sepais que en Blacos se ha impuesto otra bien distinta, la peregrinación a La Torre, si señor. Y la culpa no la tiene ningun santo ni ninguna virgen ni siquiera una aparición mariana, la culpa la tiene un singular caballero, que ha aposentado sus reales posaderas en el pueblo samario. Regenta un local gastronómico en el que ofrece sus pintxos regados con amabilidad y simpatia, mas bien diría que con socarronería. En esta semana santa pudimos degustar alguno de sus pequeños platos y digo alguno porque delante nuestro pasaron por el pequeño templo gastronómico las hordas de Atila y no dejaron ni la hierba. De todos es sabido lo de que al que madruga Dios le ayuda y claro a nosotros no nos ayuda nada de nada, casi bajamos a la hora del té. Bueno, para otra vez, peregrinaremos antes. Un beso y agur.