Entrada al pueblo, BLACOS

Cuando llegamos hasta aquí ya hace un rato que nos tiembla el pulso y han aumentado nuestras palpitaciones. El hormigueo comienza en la primera curva del Temoroso. Apartamos la mirada de la carretera y en un segundo nos saludan a lo lejos con su timidez habitual los tejados rojos y las fachadas blancas. Es un momento único e intransferible, que cada uno de los que volvemos lo vivimos de una manera especial. Da lo mismo ser de aquí o simplemente venir aquí. Blacos te estampa su sello especial y como...