Una tarea exclusivamente femenina.
El olor de la ropa lavada con jabón casero, en el
río, te llenaba de satisfacción por el trabajo realizado.
El sol blanqueaba más la ropa blanca. También se sumergía en
agua con ceniza para conseguir el efecto vanish actual.
Se utilizaba un cajón de madera para proteger el cuerpo arrodillado de la lavandera del agua.
La ropa se frotaba sobre una losa de
piedra y se restregaba también con ambas manos.
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