LAGUNA RODRIGO: 1...

1
Clavado de pies y manos, Señor
y debajo una lámpara votiva
que echas un euro y la hace llama viva
que arde tímida y llena de pavor

ante el acto máximo de valor
y actitud santa y compasiva
del verdadero Dios que dio la vida
y nos llenó de luz nuestro interior.

De esta fe, en el sacrificio de Cristo,
surge el rincón más íntimo del alma
y la acción de signarse, santiguarse

y dar gracias a Jesús, Dios bendito
a través de simple y trémula llama,
que el corazón enciende al humillarse

2

Divino, mayestático Señor,
ahí taciturno pero mayéutico,
eres numen del amor auténtico
con singular forma de impetración.

Con el órgano que infiera tu amor,
con cualquiera y cuanto más auténtico,
más transrealidad y más hermético
y más misterio y más veneración.

El amor es para ti la justicia,
pero claro, ese amor no es el humano,
es el de Dios, al que el hombre no entiende,

como el mirar de cerca con presbicia.
Le hiciste limitado al más cercano
con algo de fe o llama que le enciende.