BALISA: EN TORNO A BALISA...

EN TORNO A BALISA

Vine a llenar el alma
de este encanto especial
que se siente desde la roca
más característica del lugar.
No hay llenado como el materno,
caleidoscopio que mejor mide y ve,
eclipsado por un pulso natural
bajo el cielo surcado por águilas
oteando el monte de encinas
y la arboleda de la ribera del arroyo.
Desde el aire los caminos ignotos,
el pueblo con sus tejados rojos
y sus correspondientes chimeneas,
las cigüeñas de la torre van al arroyo
y vuelven haciendo del viaje una rutina.
Desde esa atalaya que es la torre
dominan los dos puentes del pueblo,
los rebaños pastando, eligiendo las lindes
y el afanado campesino abrasado bajo el sol
por caminos antes de herradura, hoy de goma,
con los azares de la vida.
La fuente junto a uno de los puentes
de la que bebió medio pueblo,
fuente de agua fresca
donde se llenaba el cántaro de barro.
Eran tiempos de vida sencilla
cuando croaban las ranas
y la naturaleza era natural
y el vacío tomaba las formas
del románico en el Otero.
Hoy este lugar sigue siendo el alma
de la campiña, nutriente de su gente,
motor y vida donde puede aún llenarse
el cántaro de agua para el alma.