UNA NOCHE FRIA CON LLUVIA TORMENTOSA
Aquel hombre mayor tuvo que salir corriendo para la provincia de Soria, desde Madrid, le acababan de avisar que un familiar directo se había enfermado, y a las dos de la madrugada iniciaba su camino hasta aquel destino frío, ya que era por Diciembre, La Autovía de Burgos iba con algo de circulación, más el salpiqueo de los coches y la lluvia que iba cayendo hacía el camino difícil, los faros perdían fuerza, y el gasto de batería con las escobillas del limpia parabris era bastante grande, En el kilómetro 102, tomo la salida de Soria, sin muchos problemas, más al llegar a los Altos de Ayllón si comenzaron sus problemas en serio, la tormenta lanzaba granizo helado, y el asfalto era peligroso, la circulación era nula, desde casi Riaza no se cruzaba con ningún coche, la calefacción del automóvil parecía estar parada, el termómetro marcaba 1. Grado bajo cero, y circular en ese momento era peligroso, el coche se deslizaba como si fuera un borracho, y las cunetas estaban blancas del granizo, Esos kilometros de los Altos de Ayllón le hicieron perder mucho tiempo, además de sentir el miedo en el cuerpo, El hombre sin ninguna compañía dentro de su coche intento pararse, más pensó que no llevaba cadenas ni otros artilugios para evitar patinar, y continuo su camino entre bandazos en el suelo helado, tuvo suerte dentro de su situación, consiguió empezar a bajar dichos Altos, y el frío parecía disminuir, en su memoria estaba algún recuerdo de hacía más de cuarenta años, ese lugar de paramo de Castilla, siempre tuvo muchas personas que no querían cruzarlo en las noches tormentosas y de nieblas cerradas, Tiene unos paisajes que pudieran ser marcianos en su entorno, y en las noches no divisas luz alguna en la distancia, todo te parece un lugar siniestro, incluso el límite de Segovia con Soria, para tenerlo en cuenta, Este hombre llegó bastante tarde, pero por lo menos pudo contar su paso por dichos Altos de Ayllón. Sin poder decir que tuvo un accidente. G X Cantalapiedra.
Aquel hombre mayor tuvo que salir corriendo para la provincia de Soria, desde Madrid, le acababan de avisar que un familiar directo se había enfermado, y a las dos de la madrugada iniciaba su camino hasta aquel destino frío, ya que era por Diciembre, La Autovía de Burgos iba con algo de circulación, más el salpiqueo de los coches y la lluvia que iba cayendo hacía el camino difícil, los faros perdían fuerza, y el gasto de batería con las escobillas del limpia parabris era bastante grande, En el kilómetro 102, tomo la salida de Soria, sin muchos problemas, más al llegar a los Altos de Ayllón si comenzaron sus problemas en serio, la tormenta lanzaba granizo helado, y el asfalto era peligroso, la circulación era nula, desde casi Riaza no se cruzaba con ningún coche, la calefacción del automóvil parecía estar parada, el termómetro marcaba 1. Grado bajo cero, y circular en ese momento era peligroso, el coche se deslizaba como si fuera un borracho, y las cunetas estaban blancas del granizo, Esos kilometros de los Altos de Ayllón le hicieron perder mucho tiempo, además de sentir el miedo en el cuerpo, El hombre sin ninguna compañía dentro de su coche intento pararse, más pensó que no llevaba cadenas ni otros artilugios para evitar patinar, y continuo su camino entre bandazos en el suelo helado, tuvo suerte dentro de su situación, consiguió empezar a bajar dichos Altos, y el frío parecía disminuir, en su memoria estaba algún recuerdo de hacía más de cuarenta años, ese lugar de paramo de Castilla, siempre tuvo muchas personas que no querían cruzarlo en las noches tormentosas y de nieblas cerradas, Tiene unos paisajes que pudieran ser marcianos en su entorno, y en las noches no divisas luz alguna en la distancia, todo te parece un lugar siniestro, incluso el límite de Segovia con Soria, para tenerlo en cuenta, Este hombre llegó bastante tarde, pero por lo menos pudo contar su paso por dichos Altos de Ayllón. Sin poder decir que tuvo un accidente. G X Cantalapiedra.